16 noviembre 2020

ENTREVISTA A OFELIA BERRIDO


Circulará libro de la escritora Ofelia Berrido - Diario Libre
La dinámica de vida de la escritora dominicana, Ofelia Berrido, ha sido una trayectoria encaminada siempre hacia el éxito; desplegada en diferentes ámbitos y roles, ejecutados con igual  eficacia y distinción.

Doctora en Medicina y especialista en Ginecología  por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD); Berrido, tiene además, especialidades en Obstetricia  y Oncología  de la Universidad de Río Piedras, Puerto Rico y en el Hospital John Hopkins, Baltimore, USA.  Asimismo, cuenta con una Maestría en Administración de Negocios (MBA) por la Braniff School of Management de la Universidad de Dallas, con una mención en negociaciones  y un Diplomado Docente de la Universidad Iberoamericana (UNIBE).

Ofelia Berrido, quien  en la actualidad,  trabaja como  consultora y  profesora del  “International Business School“ de la Universidad Iberoamericana (UNIBE) y  para la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU);  también ha publicado ensayos  y artículos de opinión para las revistas Global de  FUNGLODE, Areíto, CriticArte,  y otras.

La novela “El Infiel” y el poemario “Pájaros del Olvido” son sus libros más recientes,  los cuales   ya han establecido records de venta, sumándose a su primera creación “El Sol Secreto”, novela que también se convirtiera en una de las más vendidas del país.

Mediante  esta entrevista que nos ha concedido,  abordamos con ella, aspectos que acogen las estructuras, temáticas del oficio de escribir y en particular,  su visión del mundo, como destacada mujer de este tiempo,  pensante y escritora.  

APP.- Has ejecutado  diversos roles profesionales de forma exitosa.   ¿Cómo se construye una vida de triunfos y desde cuándo y por qué comienza tu inclinación por las Letras?

OB.- En realidad, nunca me he cuestionado si he triunfado o no. Vivo esta maravillosa existencia y lo hago lo mejor que puedo. Me entrego al acto de vivir a plenitud. Disfruto de la naturaleza, mi familia, mis amigos y, sobre todo, hago  lo que me hace feliz: leer las obras de los  grandes escritores de la humanidad y escribir.  Sí, un fuerte abrazo de uno de mis seres queridos y un buen libro… esa es la felicidad para mí.  Si fuera a medir el éxito lo haría con la cantidad de amor que eres capaz de dar y recibir.

Intento cumplir con mi responsabilidad como mujer con todas mis ansias. Quiero ser mejor cada día y servir a los demás dentro de mis limitaciones, pero enfrentada y a veces sumergida en el mar de las  dificultades del mundo de la materia y de los terribles gustos y disgustos que nos impiden ver la realidad sin velos.  Pero el autoengaño siempre nos asecha y con frecuencia imaginamos ser quienes no somos.

Por otro lado, creo que todos los seres humanos contamos con múltiples  talentos.  Algunas personas deciden conscientemente dedicarse a una sola cosa; a otros la vida no les brinda la oportunidad  de diversificarse o sencillamente no les interesa; en mi caso, y en el de muchas otras personas, he tenido la suerte de que la vida me ha abierto muchas puertas y he decidido entrar y ver que me ofrece la existencia.

Por otro lado, te confieso que los retos me motivan: me entrego de lleno a lo que hago y soy muy perseverante. Aprovecho cualquier oportunidad de aprender porque nada me estimula más que el adquirir nuevos conocimientos.  Día a día me asombra la cantidad de cosas que uno desconoce y como se abren nuevos mundos a cada instante.

En cuanto a las letras, de niña leía sin parar y empecé a escribir poesías inspiradas por la naturaleza cuando contaba con unos trece años de edad.  Luego, me interesaba ver como los seres humanos se relacionaban unos con otros  y su vínculo con la magnificencia del universo.  A partir de ese momento me dedique a escribir  y a guardar los escritos en una caja que forré con mucho cuidado y guardé en un lugar secreto. Escribía a diario.

 Me armé de valor y  empecé a publicar en el 2006.  Recuerdo que le entregué al Profesor Juan Bosch mi primera novela para que la leyera y me dijera qué le parecía. Semanas después me llamó al trabajo que para entonces tenía y me dijo: “¡Me ha encantado tu novela! Deja lo que estás haciendo y dedícate de lleno a escribir”.  Duré días sin dormir de la alegría que provocó en mí sus palabras.  En verdad, si no hubiera sido por él posiblemente siguiera escribiendo y guardando el material.  Tiempo después, le llevé el texto a León David, escritor y filósofo, al cual admiro mucho por la profundidad de sus escritos y fue él quien realizó el prólogo de la novela “El Sol  Secreto”.  Más adelante, conocí a través de la misma novela a  Bruno Rosario Candelier, hombre ejemplar del mundo literario y creador del Movimiento Interiorista.  Hoy mantengo una sólida amistad con estos grandes escritores quienes son un ejemplo de dedicación, disciplina y buena literatura.  Al profesor Juan Bosch lo llevo en mi corazón, no sólo por el apoyo que me brindó y su magnífica obra literaria sino por todo lo que hizo por nuestra nación.

APP.- Desde tu novela “El Sol  Secreto” hasta esta última  “El Infiel” y tu  libro de poemas “Pájaros del Olvido”, ¿de qué manera consideras se   ha transformado  tu carrera como escritora?

OB.- Antes escribía sin prisa, mis textos podían permanecer inacabados por años, pero siempre volvía a la obra como se vuelve una y otra vez a un ser amado. No me importaba que nadie leyera lo que escribía. Ahora, siento cierta angustia, pienso que el tiempo se acaba y que quizás no cuente con el tiempo necesario para decir todo lo que tengo que decir.  Si a alguien le importa lo que quiero decir no lo sé, pero siento que debo escribir y publicar.  Lo percibo; primero, como una necesidad; después, como un deber.  Pero quién sabe… Quizás sólo se trate del ego tonto del que cree que tiene algo importante que compartir. ¡Ves? mientras más lo digo más suena a puro ego. Vanidad de vanidades, pura vanidad…

 APP.- Eres una creadora muy disciplinada y productiva.  ¿Qué recursos utilizas para redactar las tramas con que envuelves a tus personajes?  ¿Partes de experiencias vividas o te es fácil componer por pura imaginación  a tus personajes? ¿Cómo haces para interiorizar  en tus personajes?

OB.- Aunque reconozco el valor inconmensurable de la disciplina, escribo a diario porque me gusta,  porque me hace feliz, porque “soy”  quien vine a “ser” cuando escribo.  Cuando se trata de novelas el proceso de ideación es para mí lo más importante. Creo y recreo la historia en mi mente.  Y cuando ya la tengo armada en el mundo mental la convierto en palabras escritas. Utilizo los recursos de lluvia de ideas, línea de la trama, la formación de los personajes  y todo lo demás, pero sólo después de la creación de la historia en el mundo mágico de la imaginación.  Me gustan los temas que tocan al ser humano en lo más profundo de su naturaleza: sus miedos, dolores, angustias, pasiones…

APP.- ¿Podrías explicarnos cómo es tu régimen y mecánica de trabajo como novelista?

OB.- Hay temas que cargo como una maleta que llevo a cuestas con recuerdos que vienen de regiones desconocidas: asuntos pendientes con la vida misma; cosas que tengo que entender; temas que debo, por pura necesidad interior, trabajar. Todavía hoy tengo muchos temas en mi reservorio que quiero y debo cultivar. Las ideas surgen como una necesidad de expresión, algo que me toca desde las profundidades del ser. Observo huellas de vida que gritan ser seguidas y las rastreo sin cansancio.

 A veces, surge un título, en otras ocasiones surge la historia completa, en fin… Luego que defino sobre qué voy a escribir viene el proceso de ideación, el pensar la historia, el crear un mundo y amueblarlo a través de la imaginación. Cuando surge el tema llega con forma y personajes y es cuestión de repensarlo una y otra vez.  Esta parte del proceso en verdad es el que más disfruto.  Ensamblo en mi mente y luego procedo a tomar notas, realizar esquemas y bosquejos, dibujos absurdos que sólo yo entiendo, realizo una línea de la trama en el tiempo, hago un levantamiento de los personajes y luego empieza el trabajo de convertir todo aquello en una historia escrita.  Por supuesto en el camino la historia cobra vida propia y como sucede en la realidad… el destino tiene sorpresas reservadas y no todo sale como lo tenemos planeado. Yo lo disfruto y me deleito con ello. No hay nada que me llene de más satisfacción que el escribir.

Por otro lado, cuando se trata del género ensayo el proceso es más frío, más racional. Es un juego de estrategias y se vive en el mundo de la lógica y la filosofía. Es un proceso del pensamiento crítico analítico, más investigativo y argumentativo.

En cuanto a la poesía es pura esencia, pura conexión con el todo. Ahí uno sirve de medio a todo aquello  que la naturaleza pretende expresar o mostrar a través de la voz de uno como escritor. Es un contacto que se realiza fuera del mundo de la lógica y el concepto. Se trata del mundo de la belleza pura y el ser a un nivel etéreo. Es música, canto que se eleva a otras esferas…

APP.-  Has publicado  recientemente,  tu libro de poemas “Pájaros del Olvido” y escribes además ensayos y artículos.  ¿Cómo haces para pasar de un género a otro? ¿Te sometes por  períodos a un determinado género o logras escribir de manera simultánea, todos estos géneros? ¿Con cuál de ellos, sientes que expresas mejor tu real ser?

OB.- Paso de un género al otro con facilidad. No tengo problemas con eso. Y tal como dices a veces estoy trabajando un ensayo y, al dejarlo descansar un poco, surge en mí el deseo de escribir algún poema y lo hago, igual sucede con la novela.  El proceso de la novela es largo y puedes pasar años escribiendo una novela y, mientras lo haces, de vez en cuando escribes  poesías o ensayos.

En cuanto a con cuál genero siento que expreso mejor mi ser… Darte una respuesta me resulta difícil.  A ver…, quizás ayude el que te comente el orden en el cual pretendo distribuir  el tiempo de los años que me quedan de vida: novela, ensayo y poesía.  Aunque, ahora mismo tengo un libro listo para publicación de cada uno de estos géneros y uno de cuentos infantiles que se pondrán a circular en el 2014.  Se titulan “Sobre la voluntad del hombre mediocre”, Fábrica de cavilaciones”,  “A las puertas de la muerte”  y  “La niñas fantásticas y la abuela voladora”, respectivamente.

APP.-  En el caso de los poemas, explícanos como se introduce tu conciencia hacia esos  planos creativos, ¿cómo elaboras esos símbolos,  las imágenes, para así hacer penetrar el lector hacia tu universo poético?

OB.-Realmente no pienso la poesía, no la planifico, sencillamente llega y debo escribir aquellas imágenes y mundos que me invaden como cánticos sagrados, como expresión de lo más puro de la vida, como manifestación del mundo de las esencias.  Después que están escritas las trabajo y se las doy a leer a algunos de mis amigos para que me den su opinión. Me gusta que los escritores que admiro me digan lo que piensan.  Es importante para mi la opinión de los que saben del oficio, valoro mucho sus consejos y su ejemplo. Es lindo compartir versos con la gente que quieres.  También, disfruto mucho cuando me encuentro del otro lado, es decir, del lado del que escucha la obra del otro.

APP.- “Abro ventanales,  penetro valles y montañas/y expulso los pájaros del olvido…/ ¡Despavoridos vuelan hacia el vacío!/Luego, en la afluencia de símbolos /te evoco…/entonces, regresa tu voz desde la entraña/ del misterio y la demencia“. Del libro  “Pájaros del Olvido“. Se  siente como un ritual de rescate del pasado para iniciar quizás una  conjuración o terapia de los recuerdos.  ¿El poeta  acude a la poesía como una forma de  trasmutación de los sentimientos, ( como es la nostalgia, la alegría, o el dolor)  o utiliza  estos sentimientos,  simplemente como un mecanismo para viabilizar la creación?

OB.-Me parece que el dolor es un fuerte catalizador de la creación artística en general y de la poesía en particular.  El dolor genera sufrimiento y éste nos sensibiliza y nos hace más permeables a la realidad de la existencia; la vida se vive con mayor intensidad, las percepciones, reacciones y acciones están  influenciadas de forma importante por ello.  Es como si el dolor nos situara  en otro nivel de ser, en un nivel de conciencia donde la atención es más fina, más precisa, se captan imágenes y reciben impresiones con las cuales en condiciones ordinarias  no estamos en contacto. La palabra se hace precisa. Se trata de una transmutación del dolor en belleza pura, en luz que nos eleva y nos fortalece.

En “Pájaros del olvido“ hay la nostalgia de lo vivido. Se quiere recordar y no se puede. Se expulsan los “Pájaros del olvido“ para poder recuperar la memoria perdida... Entonces, desde el mundo del misterio regresa la voz, la palabra que da vida convertida en símbolos... Bueno, mejor finalizo esta palabrería absurda porque  la poesía no se hizo para ser esclarecida sino para ser sentida.  Al decifrarla y explicarla se corre el riesgo de malograrla.  Y es que cuando el lector se pone en contacto con la obra, ésta  se abre a él como por arte de magia sin el uso del pensamiento lógico...

 APP.- ¿Qué cuánto la poesía libera o ayuda a transformar nuestros dolores o problemas existenciales?

OB.- Sin duda el arte resulta catártico... liberador, revelador y la poesía es la fruta que esconde los secretos. Es el néctar de ambrosía. Palabra de los dioses que como bien dices transforma y libera...

 APP.-  Tu libro “El Infiel” se ha convertido en bestseller. ¿Qué se siente ser un bestseller y a qué lo acreditas? ¿Qué  le recomiendas a los demás escritores para lograr esto?

OB.- La novela anterior “El Sol Secreto” también fue un bestseller.  El hecho de que un libro logre  este reconocimiento representa la capacidad que tienes para provocar el deseo de  leer tu obra; se trata de qué tan bien posicionado estés como escritor, pero sobre todo del esfuerzo o la gestión de la editorial de mover el libro en el mercado, es decir, de un trabajo efectivo de publicidad y venta.  Como puedes ver son múltiples las causas para lograr el efecto.  Pero lo que no podemos olvidar es que el libro que no llegue al lector, es decir, el que no se vende, no puede cumplir con su principal cometido: que como bien sabemos es, sobre todo, el de transformar al ser humano. 

Con todo, hay libros que no tienen nada que ofertar ni desde el punto de vista estético ni desde su contenido. Son libros que no ayudan al ser humano a conocerse y entenderse, a ser más felices ni a mejorar la sociedad y el mundo que nos ha tocado vivir.   Sin embargo, estos libros venden.  Tener un libro “bestsellers” está muy bien, pero el lector debe tener cuidado porque no todo bestseller es una buena obra.

APP.-  ¿Cómo ayuda  el entramado de nuestra cultura, a producir interesantes ficciones?  Y si se podría decir que el latino americano es más infiel que el resto de los hombres, ¿a qué se debe esto? ¿Y en qué medida  crees que nosotras las mujeres reforzamos  la condición del  hombre machista, e infiel?

OB.- Entiendo que la buena ficción  no depende  de la cultura del país de donde surja sino del ingenio del escritor como narrador; de su capacidad de mantener al lector interesado;  de la facultad que tenga el autor de tejer una historia importante, independientemente del tema.  Atañe, además, el dominio de la técnica ya que la estructura de la obra  ayuda a que se entienda mejor lo que se relata. Por supuesto, el autor debe ser capaz de convertir el tema en algo que transcienda y, por tanto,  sea capaz de perdurar en el tiempo.

Dicho esto… he de reconocer que nuestra cultura es rica en matices y cuenta con la espléndida influencia de los pueblos que  a través del tiempo inmigraron a nuestro país, así que el escritor que conozca su propia cultura y la lleve arraigada en sus venas, de seguro escribirá novelas que dejaran para la posteridad el sello indeleble de su época.  Pero advierto que, quiéralo o no,  el escritor  deja tras de sí la huella del tiempo que le tocó vivir.

En cuanto a la infidelidad… Me parece que la fama del latino  proviene más que nada de su naturaleza pasional, espontánea y romántica. El latinoamericano comparte más lo que  piensa y siente, es más extrovertido, más querendón. Los nórdicos son más introvertidos, más discretos si se quiere, pero no necesariamente menos infieles.

En cuanto a tu última observación sobre la mujer y su cuota de culpa en el machismo… No creo en la culpa. Creo en pensar bien lo que se va a hacer y luego… a lo hecho pecho, es decir, actúo bajo la premisa de que a cada acción le sucede una reacción contraria y de mayor intensidad; así que… lo mejor es pensar bien antes de actuar y nunca dañar a otros.  Tu pregunta es interesante y tiene múltiples aristas; te aseguro que  sin querer podríamos desviarnos al ámbito de la sociología.

Las mujeres somos amorosas, maternales, compasivas y perdonamos con facilidad a todos sin distinción de sexo ni edad, pero; además, somos fuertes, trabajadoras, luchadoras, somos las que parimos y días después estamos de nuevo activas en plena lucha por la vida. Los hombres se sienten en la necesidad de cuidar a las madres y a sus hijos tal como lo hacen los animales y eso les hace desarrollar ese instinto del macho que protege. Pero el asunto por supuesto no es tan simple y, como ya dijimos, cae en el ámbito de la sociología.  

En cuanto a la infidelidad, sólo te digo que la peor de las infidelidades se comete contra uno mismo: no sólo cuando se está con alguien que no se ama sino cuando se trabaja en algo que no da satisfacciones personales o espirituales, o cuando se vive una historia de vida indeseada por no luchar por lo que se quiere.  Se es infiel a uno mismo cuando no se lucha por lo que se quiere o cuando se deja que la mente, la loca de la casa, haga y deshaga con uno como le venga en gana,  en fin…

APP.-     Escribes ensayos, también. ¿Cómo haces para manejarte desde los planos de la razón hasta el campo intuitivo o viceversa?

OB.- Fluyo con facilidad entre un género y otro. Generalmente  trabajo ambas cosas a la vez. Ahora, estoy terminando el guión cinematográfico de la novela “El infiel”.  Pero en el caso de la poesía, las cosas son diferentes, ella elige sus propios días  y sin mi intervención.  La poesía como comentaba una vez el escritor y crítico Odalís Pérez  te posee y te domina, poco puedes hacer para oponerte.

APP.- Tengo entendido que practicas el Budismo Zen. ¿Te ha ayudado esta disciplina a canalizar tu creatividad literaria?

OB.- La meditación  Zen me ha ayudado a entender mejor la existencia y a vivir una vida más plena, a entender que la vida es servicio, que el amor y la compasión lo mueven todo, que todos somos interdependientes, que la dualidad es un engaño de nuestra mente y que la liberación en la que debemos de concentrarnos es de la ignorancia.   El Zen me ha ayudado en todos los aspectos de mi vida...

APP.- Si tuvieras que escoger entre la literatura o el budismo como vía de auto-realización u opción de vida, ¿con cuál te quedarías?

OB.-No hay necesidad de decidir… Practico el budismo Zen sin  dejar de lado mis raíces cristianas.  Soy escritora. El Zen es parte de lo que soy, no es algo que está fuera, no es una vía.  El Zen es todo y nada…es la plenitud  y el vacío mismo.  No hay nada que dejar ni que coger. El Zen y la  literatura son lo mismo y no son lo mismo.  Sencillamente son… ¡Ves? No hay nada que decidir… Todo está como tiene que estar…

APP.-  Perteneces al movimiento Interiorista. ¿Cómo  ha influenciado este Movimiento en tu obra?   Háblanos de los maestros que más  han influenciado en  tus creaciones.

OB.- El  Movimiento Interiorista ha sido una bendición para la literatura dominicana y quizás para su mismo creador el Dr. Bruno Rosario Candelier quien temprano en su vida encontró su razón de ser.  Don Bruno ha dedicado su vida no sólo a escribir sino a enseñar y promover la literatura de contenido superior local e internacionalmente.  Yo he sido beneficiada ya que  he podido beber en la fuente del Ateneo Insular y recibir las enseñanzas  y el ejemplo de trabajo, dedicación y disciplina de Don Bruno de forma directa.  Soy interiorista de corazón y cada frase de mis obras están permeadas por la estética interiorista.

Los maestros son muchos y solo mencionaré algunos: Juan Bosch, Bruno Rosario Candelier, León David, Marcio Veloz Maggiolo, Federico Henríquez Gratereaux, Salome Ureña de Henríquez, Jeannette Miller, Pedro Henríquez Ureña, Mieses Burgos, Manuel del Cabral, José Enrique García, Manuel Núñez, Borges, Dogen, Suzuki, Deshimaru, Odalis Pérez, Albert Camus, Friedrich Nietzsche, Kafka, Carl Jung, William Blake, Rilke, Edgar Allan Poe, Goethe, Ovidio, Shakespeare, Cervantes, Jung, Erich Fromm, los griegos… Ya ves  lo peligroso de estas menciones… siempre se queda fuera gente que admiras mucho.  Fíjate, en el mismo Movimiento Interiorista hay grandes escritores que no señalo por sus nombres por miedo a olvidar alguna fina pluma, al  igual escritores de la estatura de los miembros del Grupo Mester, entre otros.

APP.-  ¿Qué exhortación das a los que se inician en  la creación literaria?

OB.- Que lean y no paren de leer buena literatura.  Que descarten lo que no sirve porque no aporta nada.  Que lean a los clásicos griegos,  a los clásicos de la literatura de Oriente y Occidente y  que lean a los grandes escritores dominicanos y latinoamericanos.  Además, que estudien las técnicas  de los diferentes géneros  y que se dediquen  a su arte con pasión  y disciplina tratando de escribir  todos los días.  Y, sobre todo, que sean creativos, que creen su propio estilo y que escriban desde las entrañas.  Que se aparten de todo lo superficial y transitorio y que se  acerquen a todo aquello que pueda ayudar  al hombre y a la mujer a conocerse a sí mismo y  a ser cada vez más humano.

 (Por Altagracia Pérez Pytel. Esta entrevista fue realizada para la Revista CriticArte)

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