Doctora en Medicina y
especialista en Ginecología por la Universidad Autónoma de Santo Domingo
(UASD); Berrido, tiene además, especialidades en Obstetricia y Oncología
de la Universidad de Río Piedras, Puerto Rico y en el Hospital John
Hopkins, Baltimore, USA. Asimismo,
cuenta con una Maestría en Administración de Negocios (MBA) por la Braniff
School of Management de la Universidad de Dallas, con una mención en
negociaciones y un Diplomado Docente de
la Universidad Iberoamericana (UNIBE).
Ofelia Berrido, quien en la
actualidad, trabaja como consultora y
profesora del “International
Business School“ de la Universidad Iberoamericana (UNIBE) y para la Universidad Nacional Pedro Henríquez
Ureña (UNPHU); también ha publicado ensayos y
artículos de opinión para las revistas Global de FUNGLODE, Areíto, CriticArte, y otras.
La novela “El Infiel” y el poemario “Pájaros del Olvido” son sus libros más
recientes, los cuales ya han establecido records de venta,
sumándose a su primera creación “El Sol Secreto”, novela que también se
convirtiera en una de las más vendidas del país.
Mediante esta entrevista que nos ha concedido, abordamos con ella, aspectos que acogen las estructuras,
temáticas del oficio de escribir y en particular, su visión del mundo, como destacada mujer de
este tiempo, pensante y escritora.
APP.- Has ejecutado diversos roles profesionales de forma
exitosa. ¿Cómo se construye una vida de
triunfos y desde cuándo y por qué comienza tu inclinación por las Letras?
OB.- En realidad, nunca me he
cuestionado si he triunfado o no. Vivo esta maravillosa existencia y lo hago lo
mejor que puedo. Me entrego al acto de vivir a plenitud. Disfruto de la naturaleza,
mi familia, mis amigos y, sobre todo, hago
lo que me hace feliz: leer las obras de los grandes escritores de la humanidad y escribir. Sí, un fuerte abrazo de uno de mis seres
queridos y un buen libro… esa es la felicidad para mí. Si fuera a medir el éxito lo haría con la
cantidad de amor que eres capaz de dar y recibir.
Intento cumplir con mi responsabilidad como mujer con todas mis ansias. Quiero ser mejor cada día y servir a los demás dentro de mis limitaciones, pero enfrentada y a veces sumergida en el mar de las dificultades del mundo de la materia y de los terribles gustos y disgustos que nos impiden ver la realidad sin velos. Pero el autoengaño siempre nos asecha y con frecuencia imaginamos ser quienes no somos.
Por otro lado, creo que todos los seres humanos contamos con múltiples talentos.
Algunas personas deciden conscientemente dedicarse a una sola cosa; a otros
la vida no les brinda la oportunidad de
diversificarse o sencillamente no les interesa; en mi caso, y en el de muchas
otras personas, he tenido la suerte de que la vida me ha abierto muchas puertas
y he decidido entrar y ver que me ofrece la existencia.
Por otro lado, te confieso que los retos me motivan: me entrego de lleno
a lo que hago y soy muy perseverante. Aprovecho cualquier oportunidad de
aprender porque nada me estimula más que el adquirir nuevos conocimientos. Día a día me asombra la cantidad de cosas que
uno desconoce y como se abren nuevos mundos a cada instante.
En cuanto a las letras, de niña leía sin parar y empecé a escribir
poesías inspiradas por la naturaleza cuando contaba con unos trece años de
edad. Luego, me interesaba ver como los
seres humanos se relacionaban unos con otros
y su vínculo con la magnificencia del universo. A partir de ese momento me dedique a
escribir y a guardar los escritos en una
caja que forré con mucho cuidado y guardé en un lugar secreto. Escribía a diario.
Me armé de valor y empecé a publicar en el 2006. Recuerdo que le entregué al Profesor Juan
Bosch mi primera novela para que la leyera y me dijera qué le parecía. Semanas
después me llamó al trabajo que para entonces tenía y me dijo: “¡Me ha
encantado tu novela! Deja lo que estás haciendo y dedícate de lleno a
escribir”. Duré días sin dormir de la
alegría que provocó en mí sus palabras. En
verdad, si no hubiera sido por él posiblemente siguiera escribiendo y guardando
el material. Tiempo después, le llevé el
texto a León David, escritor y filósofo, al cual admiro mucho por la
profundidad de sus escritos y fue él quien realizó el prólogo de la novela “El
Sol Secreto”. Más adelante, conocí a través de la misma
novela a Bruno Rosario Candelier, hombre
ejemplar del mundo literario y creador del Movimiento Interiorista. Hoy mantengo una sólida amistad con estos
grandes escritores quienes son un ejemplo de dedicación, disciplina y buena
literatura. Al profesor Juan Bosch lo
llevo en mi corazón, no sólo por el apoyo que me brindó y su magnífica obra
literaria sino por todo lo que hizo por nuestra nación.
APP.- Desde tu novela “El Sol
Secreto” hasta esta última “El
Infiel” y tu libro de poemas “Pájaros
del Olvido”, ¿de qué manera consideras se
ha transformado tu carrera como
escritora?
OB.- Antes escribía sin prisa,
mis textos podían permanecer inacabados por años, pero siempre volvía a la obra
como se vuelve una y otra vez a un ser amado. No me importaba que nadie leyera
lo que escribía. Ahora, siento cierta angustia, pienso que el tiempo se acaba y
que quizás no cuente con el tiempo necesario para decir todo lo que tengo que
decir. Si a alguien le importa lo que
quiero decir no lo sé, pero siento que debo escribir y publicar. Lo percibo; primero, como una necesidad; después,
como un deber. Pero quién sabe… Quizás
sólo se trate del ego tonto del que cree que tiene algo importante que
compartir. ¡Ves? mientras más lo digo
más suena a puro ego. Vanidad de vanidades, pura vanidad…
OB.- Aunque reconozco el valor
inconmensurable de la disciplina, escribo a diario porque me gusta, porque me hace feliz, porque “soy” quien vine a “ser” cuando escribo. Cuando se trata de novelas el proceso de
ideación es para mí lo más importante. Creo y recreo la historia en mi mente. Y cuando ya la tengo armada en el mundo
mental la convierto en palabras escritas. Utilizo los recursos de lluvia de
ideas, línea de la trama, la formación de los personajes y todo lo demás, pero sólo después de la
creación de la historia en el mundo mágico de la imaginación. Me gustan los temas que tocan al ser humano
en lo más profundo de su naturaleza: sus miedos, dolores, angustias, pasiones…
APP.- ¿Podrías explicarnos cómo
es tu régimen y mecánica de trabajo como novelista?
OB.- Hay temas que cargo como
una maleta que llevo a cuestas con recuerdos que vienen de regiones
desconocidas: asuntos pendientes con la vida misma; cosas que tengo que
entender; temas que debo, por pura necesidad interior, trabajar. Todavía hoy
tengo muchos temas en mi reservorio que quiero y debo cultivar. Las ideas surgen
como una necesidad de expresión, algo que me toca desde las profundidades del
ser. Observo huellas de vida que gritan ser seguidas y las rastreo sin
cansancio.
A veces, surge un título, en otras
ocasiones surge la historia completa, en fin… Luego que defino sobre qué voy a
escribir viene el proceso de ideación, el pensar la historia, el crear un mundo
y amueblarlo a través de la imaginación. Cuando surge el tema llega con forma y
personajes y es cuestión de repensarlo una y otra vez. Esta parte del proceso en verdad es el que más
disfruto. Ensamblo en mi mente y luego
procedo a tomar notas, realizar esquemas y bosquejos, dibujos absurdos que sólo
yo entiendo, realizo una línea de la trama en el tiempo, hago un levantamiento
de los personajes y luego empieza el trabajo de convertir todo aquello en una
historia escrita. Por supuesto en el
camino la historia cobra vida propia y como sucede en la realidad… el destino
tiene sorpresas reservadas y no todo sale como lo tenemos planeado. Yo lo
disfruto y me deleito con ello. No hay nada que me llene de más satisfacción
que el escribir.
Por otro lado, cuando se trata del género ensayo el proceso es más frío, más
racional. Es un juego de estrategias y se vive en el mundo de la lógica y la
filosofía. Es un proceso del pensamiento crítico analítico, más investigativo y
argumentativo.
En cuanto a la poesía es pura esencia, pura conexión con el todo. Ahí uno
sirve de medio a todo aquello que la
naturaleza pretende expresar o mostrar a través de la voz de uno como escritor.
Es un contacto que se realiza fuera del mundo de la lógica y el concepto. Se
trata del mundo de la belleza pura y el ser a un nivel etéreo. Es música, canto
que se eleva a otras esferas…
APP.-
Has publicado recientemente, tu libro de poemas “Pájaros del Olvido” y
escribes además ensayos y artículos.
¿Cómo haces para pasar de un género a otro? ¿Te sometes por períodos a un determinado género o logras
escribir de manera simultánea, todos estos géneros? ¿Con cuál de ellos, sientes
que expresas mejor tu real ser?
OB.- Paso de un género al otro
con facilidad. No tengo problemas con eso. Y tal como dices a veces estoy
trabajando un ensayo y, al dejarlo descansar un poco, surge en mí el deseo de
escribir algún poema y lo hago, igual sucede con la novela. El proceso de la novela es largo y puedes
pasar años escribiendo una novela y, mientras lo haces, de vez en cuando
escribes poesías o ensayos.
En cuanto a con cuál genero siento que expreso mejor mi ser… Darte una
respuesta me resulta difícil. A ver…,
quizás ayude el que te comente el orden en el cual pretendo distribuir el tiempo de los años que me quedan de vida:
novela, ensayo y poesía. Aunque, ahora
mismo tengo un libro listo para publicación de cada uno de estos géneros y uno
de cuentos infantiles que se pondrán a circular en el 2014. Se titulan “Sobre la voluntad del hombre
mediocre”, Fábrica de cavilaciones”, “A
las puertas de la muerte” y “La niñas fantásticas y la abuela voladora”,
respectivamente.
APP.- En el caso de los poemas, explícanos
como se introduce tu conciencia hacia esos
planos creativos, ¿cómo elaboras esos símbolos, las imágenes, para así hacer penetrar el
lector hacia tu universo poético?
OB.-Realmente no pienso la poesía, no la planifico,
sencillamente llega y debo escribir aquellas imágenes y mundos que me invaden
como cánticos sagrados, como expresión de lo más puro de la vida, como
manifestación del mundo de las esencias.
Después que están escritas las trabajo y se las doy a leer a algunos
de mis amigos para que me den su opinión. Me gusta que los escritores que
admiro me digan lo que piensan. Es
importante para mi la opinión de los que saben del oficio, valoro mucho sus
consejos y su ejemplo. Es lindo compartir versos con la gente que quieres. También, disfruto mucho cuando me encuentro
del otro lado, es decir, del lado del que escucha la obra del otro.
APP.- “Abro ventanales, penetro valles y
montañas/y expulso los pájaros del olvido…/ ¡Despavoridos vuelan hacia el
vacío!/Luego, en la afluencia de símbolos /te evoco…/entonces, regresa tu voz
desde la entraña/ del misterio y la demencia“. Del libro “Pájaros del Olvido“. Se siente como un ritual de rescate del pasado
para iniciar quizás una conjuración
o terapia de los recuerdos. ¿El
poeta acude a la poesía como una
forma de trasmutación de los
sentimientos, ( como es la nostalgia, la alegría, o el dolor) o utiliza estos sentimientos, simplemente como un mecanismo para viabilizar
la creación?
OB.-Me parece que el dolor es un fuerte catalizador de
la creación artística en general y de la poesía en particular. El dolor genera sufrimiento y éste nos sensibiliza
y nos hace más permeables a la realidad de la existencia; la vida se vive
con mayor intensidad, las percepciones, reacciones y acciones están influenciadas de forma importante por ello. Es como si el dolor nos situara en otro nivel de ser, en un nivel de
conciencia donde la atención es más fina, más precisa, se captan imágenes y
reciben impresiones con las cuales en condiciones ordinarias no estamos en contacto. La palabra se hace precisa.
Se trata de una transmutación del dolor en belleza pura, en luz que nos eleva y
nos fortalece.
En “Pájaros del
olvido“ hay la nostalgia de lo vivido. Se quiere recordar y no se puede. Se
expulsan los “Pájaros del olvido“ para poder recuperar la memoria perdida...
Entonces, desde el mundo del misterio regresa la voz, la palabra que da vida
convertida en símbolos... Bueno, mejor finalizo esta palabrería absurda porque la poesía no se hizo para ser esclarecida sino
para ser sentida. Al decifrarla y
explicarla se corre el riesgo de malograrla.
Y es que cuando el lector se pone en contacto con la obra, ésta se abre a él como por arte de magia sin el uso
del pensamiento lógico...
OB.- Sin duda el arte
resulta catártico... liberador, revelador y la poesía es la fruta que esconde
los secretos. Es el néctar de ambrosía. Palabra de los dioses que como bien
dices transforma y libera...
OB.- La novela anterior “El Sol Secreto” también fue un bestseller. El hecho de que un libro logre este reconocimiento representa la capacidad
que tienes para provocar el deseo de
leer tu obra; se trata de qué tan bien posicionado estés como escritor, pero
sobre todo del esfuerzo o la gestión de la editorial de mover el libro en el
mercado, es decir, de un trabajo efectivo de publicidad y venta. Como puedes ver son múltiples las causas para
lograr el efecto. Pero lo que no podemos
olvidar es que el libro que no llegue al lector, es decir, el que no se vende,
no puede cumplir con su principal cometido: que como bien sabemos es, sobre
todo, el de transformar al ser humano.
Con todo, hay libros que
no tienen nada que ofertar ni desde el punto de vista estético ni desde su
contenido. Son libros que no ayudan al ser humano a conocerse y entenderse, a
ser más felices ni a mejorar la sociedad y el mundo que nos ha tocado
vivir. Sin embargo, estos libros
venden. Tener un libro “bestsellers”
está muy bien, pero el lector debe tener cuidado porque no todo bestseller es
una buena obra.
APP.-
¿Cómo ayuda el entramado de
nuestra cultura, a producir interesantes ficciones? Y si se podría decir que el latino americano
es más infiel que el resto de los hombres, ¿a qué se debe esto? ¿Y en qué
medida crees que nosotras las mujeres
reforzamos la condición del hombre machista, e infiel?
OB.- Entiendo que la buena
ficción no depende de la cultura del país de donde surja sino
del ingenio del escritor como narrador; de su capacidad de mantener al lector
interesado; de la facultad que tenga el
autor de tejer una historia importante, independientemente del tema. Atañe, además, el dominio de la técnica ya que
la estructura de la obra ayuda a que se
entienda mejor lo que se relata. Por supuesto, el autor debe ser capaz de
convertir el tema en algo que transcienda y, por tanto, sea capaz de perdurar en el tiempo.
Dicho esto… he de reconocer que nuestra cultura es rica en matices y
cuenta con la espléndida influencia de los pueblos que a través del tiempo inmigraron a nuestro país,
así que el escritor que conozca su propia cultura y la lleve arraigada en sus
venas, de seguro escribirá novelas que dejaran para la posteridad el sello
indeleble de su época. Pero advierto que,
quiéralo o no, el escritor deja tras de sí la huella del tiempo que le
tocó vivir.
En cuanto a la infidelidad… Me parece que la fama del latino proviene más que nada de su naturaleza
pasional, espontánea y romántica. El latinoamericano comparte más lo que piensa y siente, es más extrovertido, más
querendón. Los nórdicos son más introvertidos, más discretos si se quiere, pero
no necesariamente menos infieles.
En cuanto a tu última observación sobre la mujer y su cuota de culpa en
el machismo… No creo en la culpa. Creo en pensar bien lo que se va a hacer y
luego… a lo hecho pecho, es decir, actúo bajo la premisa de que a cada acción
le sucede una reacción contraria y de mayor intensidad; así que… lo mejor es
pensar bien antes de actuar y nunca dañar a otros. Tu pregunta es interesante y tiene múltiples
aristas; te aseguro que sin querer
podríamos desviarnos al ámbito de la sociología.
Las mujeres somos amorosas, maternales, compasivas y perdonamos con
facilidad a todos sin distinción de sexo ni edad, pero; además, somos fuertes,
trabajadoras, luchadoras, somos las que parimos y días después estamos de nuevo
activas en plena lucha por la vida. Los hombres se sienten en la necesidad de cuidar
a las madres y a sus hijos tal como lo hacen los animales y eso les hace
desarrollar ese instinto del macho que protege. Pero el asunto por supuesto no
es tan simple y, como ya dijimos, cae en el ámbito de la sociología.
En cuanto a la infidelidad, sólo te digo que la peor de las infidelidades
se comete contra uno mismo: no sólo cuando se está con alguien que no se ama
sino cuando se trabaja en algo que no da satisfacciones personales o
espirituales, o cuando se vive una historia de vida indeseada por no luchar por
lo que se quiere. Se es infiel a uno
mismo cuando no se lucha por lo que se quiere o cuando se deja que la mente, la
loca de la casa, haga y deshaga con uno como le venga en gana, en fin…
APP.- Escribes ensayos, también. ¿Cómo haces para
manejarte desde los planos de la razón hasta el campo intuitivo o viceversa?
OB.- Fluyo con facilidad entre
un género y otro. Generalmente trabajo
ambas cosas a la vez. Ahora, estoy terminando el guión cinematográfico de la
novela “El infiel”. Pero en el caso de
la poesía, las cosas son diferentes, ella elige sus propios días y sin mi intervención. La poesía como comentaba una vez el escritor
y crítico Odalís Pérez te posee y te
domina, poco puedes hacer para oponerte.
APP.- Tengo entendido que
practicas el Budismo Zen. ¿Te ha ayudado esta
disciplina a canalizar tu creatividad literaria?
OB.- La meditación Zen me ha ayudado a entender mejor la existencia
y a vivir una vida más plena, a entender que la vida es servicio, que
el amor y la compasión lo mueven todo, que todos somos interdependientes, que
la dualidad es un engaño de nuestra mente y que la liberación en la que debemos
de concentrarnos es de la ignorancia.
El Zen me ha ayudado en todos los aspectos de mi vida...
APP.- Si tuvieras que escoger entre la literatura o el budismo como vía
de auto-realización u opción de vida, ¿con cuál te quedarías?
OB.-No hay necesidad de
decidir… Practico el budismo Zen sin
dejar de lado mis raíces cristianas.
Soy escritora. El Zen es parte de lo que soy, no es algo que está fuera,
no es una vía. El Zen es todo y nada…es
la plenitud y el vacío mismo. No hay nada que dejar ni que coger. El Zen y
la literatura son lo mismo y no son lo
mismo. Sencillamente son… ¡Ves? No hay
nada que decidir… Todo está como tiene que estar…
APP.- Perteneces al movimiento Interiorista.
¿Cómo ha influenciado este Movimiento en
tu obra? Háblanos de los maestros que
más han influenciado en tus creaciones.
OB.- El Movimiento Interiorista ha
sido una bendición para la literatura dominicana y quizás para su mismo creador
el Dr. Bruno Rosario Candelier quien temprano en su vida encontró su razón de
ser. Don Bruno ha dedicado su vida no sólo
a escribir sino a enseñar y promover la literatura de contenido superior local
e internacionalmente. Yo he sido
beneficiada ya que he podido beber en la
fuente del Ateneo Insular y recibir las enseñanzas y el ejemplo de trabajo, dedicación y
disciplina de Don Bruno de forma directa.
Soy interiorista de corazón y cada frase de mis obras están permeadas
por la estética interiorista.
Los maestros son muchos y solo mencionaré algunos: Juan Bosch, Bruno
Rosario Candelier, León David, Marcio Veloz Maggiolo, Federico Henríquez
Gratereaux, Salome Ureña de Henríquez, Jeannette Miller, Pedro Henríquez Ureña,
Mieses Burgos, Manuel del Cabral, José Enrique García, Manuel Núñez, Borges,
Dogen, Suzuki, Deshimaru, Odalis Pérez, Albert Camus, Friedrich Nietzsche,
Kafka, Carl Jung, William Blake, Rilke, Edgar Allan Poe, Goethe, Ovidio,
Shakespeare, Cervantes, Jung, Erich Fromm, los griegos… Ya ves lo peligroso de estas menciones… siempre se
queda fuera gente que admiras mucho.
Fíjate, en el mismo Movimiento Interiorista hay grandes escritores que
no señalo por sus nombres por miedo a olvidar alguna fina pluma, al igual escritores de la estatura de los
miembros del Grupo Mester, entre otros.
APP.- ¿Qué exhortación das a los que se inician
en la creación literaria?
OB.- Que lean y no paren de leer buena literatura. Que descarten lo que no sirve porque no aporta nada. Que lean a los clásicos griegos, a los clásicos de la literatura de Oriente y Occidente y que lean a los grandes escritores dominicanos y latinoamericanos. Además, que estudien las técnicas de los diferentes géneros y que se dediquen a su arte con pasión y disciplina tratando de escribir todos los días. Y, sobre todo, que sean creativos, que creen su propio estilo y que escriban desde las entrañas. Que se aparten de todo lo superficial y transitorio y que se acerquen a todo aquello que pueda ayudar al hombre y a la mujer a conocerse a sí mismo y a ser cada vez más humano.