17 mayo 2023

Clave de SOL: Heridas poéticas. Por Segisfredo Infante


De los frutos literarios del dominicano Fausto Leonardo Henríquez apenas he leído dos poemarios: “Gemidos del ciervo herido” (2012) y “Savia innombrable” (2018), que me permiten una aproximación a sus anhelos, angustias y alegrías. Para empezar debo intuir que los versos del primer libro fueron pulimentados tal vez con el propósito ulterior de participar en un certamen internacional. En cuanto al segundo poemario, me luce que el autor fue más espontáneo, distraído y a veces prosaico. Pero ambos libros poseen conexiones que son propias del estilo de un sacerdote que utiliza una sintaxis más o menos directa, orientada a rescatar aquellos fragmentos bíblicos religados a su alma, a sus necesidades y accidentalidades intransferibles.

Aunque el autor experimenta distintas técnicas poéticas como la del soneto con sus respectivas rimas, y en otros andamiajes aislados ejercita algo semejante al romancero español candoroso, lo legítimo es que sus poemas sean versolibristas, haciendo gala de economía del lenguaje. Esto conduce a que caigamos en la antigua manía de buscar referencias previas en la obra del padre Fausto.

Es obvio que su poesía es Cristocéntrica, con unos matices que obligan al lector a identificar las figuras retóricas que se esconden detrás de un lenguaje subliminal aparentemente sencillo, que debemos monitorear en los dos “Testamentos”. El poeta dialoga consigo mismo, en medio de una soledad existencial (y existenciaria) que interpela la presencia de Dios en los ámbitos en que lo sugieren los textos bíblicos y la avasallante modernidad contemporánea. Como sacerdote “vicentepaulino” sabemos que este escritor se relaciona con los pobres y medio mundo. Pero la soledad crujiente del individuo, enunciada en sus poemas, es una realidad imposible de soslayar, solo superable en la medida en que el rostro divino le susurre palabras inefables a su oído terrenal.

Intentaré centrarme, en tanto estos renglones lo faciliten, en su libro “Gemidos del ciervo herido” (Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, en su vigésima novena edición), donde recurre a la mencionada economía del lenguaje que hace pensar en la obra de Juan de Yepes, más conocido como “San Juan de la Cruz”, y parejamente en la poesía intimista y aparentemente seca del socialista Blas de Otero, tal como se manifiesta en su poemario “Pido la paz y la palabra” (1955). Pero quizás el referente principal de Fausto Leonardo Henríquez sea el “Cantar de los cantares” que se le adjudica al sabio Salomón, y que el autor comprime, en sus dos poemarios, desde una interpretación eclesial muy diferente de la nuestra. Hay versos en los cuales parecieran percibirse los brotes de la carne, pero que el padre Fausto sabe sofrenar y sublimar hasta la bóveda celeste, neutralizando cualquier instinto primordial que humanamente pudiera acorralarlo. En cualquier situación el autor ha aprendido a escuchar “el lenguaje del viento” y a saborear “el vino de mis soledades”. O a observar en los acantilados la silueta de un “ciervo herido”, como símbolo especial de “Tierra Santa”.

Quisiera citar muchos versos de este autor, pero lo propio es detenerme en dos poemas. Veamos su breve texto “Eternidad en el tiempo”: “Ardor inexplicable,// Divinidad que acaricia la carne// y la hace temblar.// Pusiste tu dedo en mi tiempo.// La eternidad me consume.// Oh, Señor, sigo tu camino entre niebla,// polvo y espinas.// Yo sólo quiero tu abrazo,// que me envuelvas en la luz.// Señor, que vea tu semblante,// que beba fuego, alas, domingos.// Esta herida es gozo, instante de amor.// Mándame ir a ti, Carpintero,// que el pan me dio la Vida”. Leamos este otro poema sintético: “Galileo, ni tierra ni agua, ni aire ni fuego,// opacan tu voz de zorzal.// Ni noche ni tormenta pueden// ocultar tus huellas que deslumbran.// Silbos tiernos, arrullos de pastor// que vigila, los tuyos.// Ay, Galileo, mírame, convócame al monte,// al Sinaí de tu Roca paterna.// Ponle mañanas a mis huesos,// ángel a mi alma que en delirio te abraza.// Galileo, el imán de tus ojos// al cielo me introduce// como sol en su ocaso”.

Aun cuando el poeta Henríquez nunca los hubiese leído, sus versos cortos que pergeñan claridad angelical en medio de la densa bruma, me llevan a recordar los poemitas del obispo brasileño Helder Cámara, agrupados en el libro “Mil razones para vivir” (1980), que en varias oportunidades he comentado. Pero cuando él busca en forma reiterativa la luz inextinguible en el Monte Sinaí, vislumbro a un pensador preocupado por la verdad del “Ser” trascendente, más allá de nuestros huesos. Porque encima de poeta Fausto Leonardo Henríquez es un teólogo moderno que se doctoró hace tres años con la tesis “Transhumanismo, posthumanismo y doctrina social de la Iglesia” (Barcelona, 2020). Su obra también ha sido comentada por el doctor Bruno Rosario Candelier, en el libro “La sabiduría sagrada: la lírica mística en las letras dominicanas”.

Artículo publicado en el diario La Tribuna, 14 de mayo de 2023.

10 mayo 2023

Leydy Lee Andrews: una poeta que asume la poesía como un modo de vida


Lady Lee Andrews

Hoy les presento a la poeta Lady Lee Andrews. Ella se define a sí misma como puertorriqueña, madre, esposa, pero sobre todo como poeta. Aquí cabe un matiz de rigor, al decir de nuestra poeta invitada, ella no se define como poeta porque escribe poesía, sino porque es un estilo de vida, su forma de ser y vivir. Ella vive poéticamente el mundo. Nada le es ajeno y en todo lo que le rodea ve, siente y palma poesía. Es poeta con una misión en la vida: captar lo que el común de la gente, en su día a día ignora, intentando descifrar sus sueños, sabiendo que ahí afuera hay poesía que irradia energía por doquier.

 

Por otra parte, Lady Lee Andrews, amén del trabajo artístico, se dedica al comercio en su Viejo San Juan, porque como se sabe en el mundo de la literatura, la poesía, en general, no da para vivir, pero es un arte que da vida. Y ella les saca partido a ambas cosas. Lo cual no está nada mal.

 

En un primer momento, me llamó poderosamente la atención el nombre de Lady Lee Andrews. Pensé para mí: no tiene apellidos latinos, ¿de dónde será? La pregunta se aclaró cuando supe que es hija de padre australiano y madre puertorriqueña, grandes aficionados a la literatura. Fue de ellos de quienes aprendió nuestra invitada, desde muy joven, la importancia del arte y la literatura. Desde primer grado ya la niña daba visos de que iba a ser poeta.

 

Lady Lee Andrews. Ha publicado siete libros. Baste decir que su poesía celebrada y acogida con entusiasmo por el público.

 

Un último apunte sobre Lady Lee Andrews. Como promotora cultural en Puerto Rico cabe destacar la creación de uno de los más originales proyectos de divulgación de la poesía: el  “museo de poesía” The Poets Passage. Sito en el Viejo San Juan. Allí se celebran Noches de Poesías y arte. Lo original de The Poets Passage es que todos los artistas, músicos, bailarines y poetas tienen un espacio expresarse y los poetas un micrófono abierto los 7 días de la semana, para declamar sus poesías. Sí, The Poets Passage abre de lunes a domingo de 10:00 a.m. a 7:00 p.m. Una auténtica hazaña cultural que tiene como fin la misma poesía.

 

Finalmente, cuando se leen las composiciones de Lady Lee, el lector nota la sutil conexión de la poeta con lo divino. Esto es perceptible en las alusiones al mundo de las musas o cuando menciona a Dios y al mundo trascendente. Palabras como espíritu, cielo, Dios, fe, tan cuenta la honda sensibilidad poética de nuestra invitada. Luego tendremos la oportunidad de escucharla.

 

 

POEMAS DE LADY LEE ANDREWS

 

 

These will give you a good idea of where I’m at in my writing sphere.

 

New Poems

 

Spirit

 

When I’m a spirit

Will I flow through the water

Invisible?

Will I join the colors

Gentle light before the day?

Will I expand with the stars?

Or, be the breath the universe exudes?

Where will I be Me again?

 

Will I shrink? Will I

Be an ethereal idea of a muse?

When I open my eyes

Will I be confused?

By feeling the wave of God,

Will it induce the peace of heaven?

Will I be present?

Will I linger

In your mind

Under

Imaginary birds

Flying across the sky;

A stroke of paint

From a strangers eye—

Will the details reveal the magic?

Will I be lost?

Will everything be dark?

Quiet? Loud?

 

 

The Chimes

 

 

Letters roll off your tongue into words I love.

They bathe me when I need them most.

Some leave a smile behind on your lips

To catch me whispering for

 

      .more.when.I.need.them.

 

To dance to the idea of being kissed

Without being touched

Teases Lust

To blush

And slip away.

Say what you may say.

 

Your eyes understand my confusion.

They see me breathe before I make a sound—

And catch me

Before I fall deeper into their spell

                                  to wake me up to

                        see love being made to

       save me from myself—

Letting me lose the doubt that filled my eyes before I saw you again—

 

The Clues were caught in glass jars

In the middle of the night

When they shone the brightest!

We had each other’s hand in our hearts

Like children hold their dreams with magic in the air!

Oh my living God! We are here!

          There.

You see me. I see you.

You feel me. I feel you.

You touch me

And Time leaps to form direction

To guide me

Back home

Where my heart waits for me

To bring this feeling back to it—

To keep it safe —to put it on the altar of my Faith.

For as you know,

Little ideas are tied to strings

And strung

        on drift wood to

                   hang in the wind to

        sing as the breeze blows through

   our imagination

 

And once in a while,

Two will strike a chord that carries peace

To where it’s needed.

 

 

The Empty Room in the Page

 

When you read between the lines,

The true poet resides

In the silence

that stole your thoughts

when their words

Took off

Taking your ego for a ride—

You fly

When you read between the lines.

The pain is massive

In this empty room.

Way too much to

Comb through

The night!

When you tread

Between the lines

You might see yourself

And wonder why.

Everything you grasp

Here comes alive.

When you read between the lines

An invisible idea

Turns to form colors

And sound

To wraparound our senses

Designing linear matter

In an intangible world—

To no fault it difficult

To reach for

And make appear.

The key to care

Is Divine;

When you read between the lines.

 

 

A Miracle

 

Lost in prayer,

I feel my thought

Form an alliance

With words

Caught in my throat

For judging myself

More, first —than,

Any one else

Has, or, ever will.

Dear heart!

To fulfill its thrill

I’ll call out

And sing

To its content!

Let me honor

Your lament.

—An attempt

To reinvent Love,

Should be enough

To cast off

Sin’s shadows

Seeking lies

suffocating

And consuming

Our truth.

And like that

Whoosh

It’s gone!

And on the page

Appears

The

Poem.

 

 

Earth Bound

 

Clay hands

Began to mold me.

The forest bed

Was moist and

Fresh.

My roots were being pulled

By the seed to impregnate me

At will

With desire to drink

From the lust to live.

A primal take

A primal give;

—The tip off a cliff;

The peak of pleasure’s

Ephemeral escape

Takes place and goes

Throughout my body

To leave the heart wanting more.

No remorse for love.

Hush! —softly brush…

Warning: highly charged cells

Shock to touch.

It’s stunning

How our bodies flush

Into what

We need.

A perfect mix of dreams

Flowing into each other’s breath

Filling our mouth with welcome.

Each tongue given the freedom to explore far from

Time’s inhibitions.

So, come at leisure.

Sincere.

Any

Deeper

And one—

Disappears.

 

 

The Saint

 

I’m no saint.

I set the bait.

The sins of my youth

Are forbidden to forget.

But you can’t win

If you don’t bet.

 

 

 

02 marzo 2023

El arte de la narración en el cuento "Historia de mudos" de Keiselim A. Montás


Keiselim A. Montás (Keysi) nació en República Dominicana, 1968. Reside en Estados Unidos desde 1985. Estudió en Queens College, The City University of New York (CUNY) donde obtuvo una licenciatura en lengua castellana. Sus inquietudes por seguir especializándose le condujeron a culminar una maestría en lengua y literatura castellanas en la Universidad de Cincinnati, Ohio.






 





Ha publicado más de una decena de libros: 

 Poesía:

Pequeños poemas diurnos (1992-2005)

Amor de ciudad grande (2006)

Allá (diario del destierro) (2012)

Como el agua (Haikus) (2016); 

Like Water (2017)

Desechos (2021)

 

Cuento:

Reminiscencias (2006)

Otras veces no sé (2020)

 

Ensayo:

De la emigración al destierro (2015)

Ínfimas apreciaciones literarias (2015).

 

Premios y reconocimientos:


La valía de la obra literaria de Keysi Montás ha propiciado la publicación de buena parte de su producción en antologías de poesía, cuento, ensayo y entrevistas, entre otros muchos medios de divulgación. Ha obtenido importantes premios y reconocimientos, lo cual es un indicativo de los méritos literarios de nuestro autor. Montás ha recibido el Premio de Ultramar de cuento (2006) por su obra Reminiscencias y el Premio de Ultramar de ensayo (2015) por su obra Ínfimas apreciaciones literarias.


 Keysi Montás, amén de escribir, es editor y fundador de la editorial independiente Élitro Editorial del Proyecto.


 Después de esta breve presentación, que no agota, ni mucho menos, la trayectoria y el trabajo intelectual del ensayista, poeta y cuentista Keysi Montás, vamos a comentar uno de sus cuentos, Historia de mudos. 

 

Algunos elementos sobresalientes de Historia de mudos


El narrador comienza su discurso mencionando un presunto hallazgo en los Diarios del descubrimiento de Cristóbal Colón, en los cuales, según el texto, se habla de una extraña raza de perros mudos. La historia inicia en primera persona, especialmente en los primeros párrafos. Luego el narrador se oculta para traer al escenario a sus dos personajes: a su abuelo y su perro mudo.


 En Historia de mudos, hay ráfagas de cultura general, como la referencia a los diarios de viaje de Colón, alusiones al refranero popular: «Perro que ladra no muerde»; a la principal actividad económica de la isla: la agricultura y a las leyendas misteriosas que aún perviven en el sustrato del pueblo dominicano, tales como el asomo de los muertos o de las ánimas. Según la opinión autorizada de la Dra. Teonilda Madera «el autor, de una manera u otra, ha puesto ahí [en Historia de mudos] resonancias de El mancebo que casó con mujer muy brava de Don Juan Manuel, además del Coloquio de los perros de Don Miguel de Cervantes Saavedra y ¿No oyes ladrar los pedros? de Juan Rulfo». Añadiría que resuena también La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa. Tales resonancias, según el pensar de Madera, son indicativos de que el escritor Keysi Montás está cimentado en la literatura universal de los grandes autores.


 Coherencia del discurso narrativo


El hilo conductor del cuento se mantiene hasta el final. No hay rupturas ni vacíos innecesarios o digresiones. El autor conduce audazmente las acciones de sus personajes, despistando, de alguna forma, al lector hasta el desenlace.  Se constata una cierta frialdad intelectual y pocas emociones. Como se dirá más abajo, el autor tiene algo que decir con la vida y la peculiar mudez de los personajes. El abuelo y su perro mudo tienen un impedimento común: que no pueden comunicarse, al menos con palabras. Se entendían con la mirada, con los gestos y con el pensamiento. Si es que al perro mudo se le puede atribuir pensamiento o capacidad de comprensión, como en efecto se insinúa cuando se dice: «Explicarle, entonces, al perro la necesidad de Abuelo de que él ladrara hubiese sido, tal vez, tarea menos complicada que explicarle al abuelo que el perro era mudo y no ladraba». También dice el narrador: «el perro era mudo y sabía que el abuelo lo necesitaba ladrante».


Posibles interpretaciones


Una primera interpretación del cuento que nos ocupa, según mi punto de vista, es la psicológica. Esta lectura se basa en la premisa siguiente: El abuelo aparece como la figura de la autoridad que mira con desprecio o con desdén al canino, mostrándose castigador, implacable, exigente, recio y de escasas expresiones de cariño hacia su compañero. Proyecta en el animal sus propias manías y, acaso, sus propias carencias. El abuelo exige al perro mudo lo que no puede dar, porque no lo tiene: la capacidad para ladrar. Tenemos, pues, en el abuelo lo que en el psicoanálisis se conoce como la figura del Padre. El abuelo simboliza al Padre freudiano, un padre con mal carácter, inconforme e insatisfecho. Frustrado al no conseguir que su perro mudo ladre, lleno de ira, acaba matándolo de una forma espantosa y cruel.


Al hilo de lo dicho, el abuelo es incapaz de expresar sus emociones, pues como dice el narrador, «también era mudo y por eso nunca le supo decir a ninguno de sus hijos “te quiero”». El abuelo del cuento es, seguramente, figura de aquellos hombres cerrados poco dados a expresar sus sentimientos y que prefieren, por cualquier motivo tácito o implícito, no exteriorizar sus emociones por temor a aparentar vulnerables o débiles.


Una segunda lectura de Historia de mudos, no desligada de la anterior, es de tipo moral. Probablemente, el narrador, como sucede en las fábulas de Esopo, o en el cuento El lirio y el pájaro de Soren Kierkegaard, ha escrito una metáfora de la vida. Esto es, dos actitudes frente a la realidad: la autoridad enfermiza que descarga sus frustraciones contra el débil y la de la víctima sumisa que aguanta los desmanes de la autoridad sin rechistar.


 Puede acontecer que existan hombres mudos como el perro: sumisos a su amo exigente y cruel. La figura del Padre freudiano puede tomar la forma del Estado, un jefe o una institución que intenta someter a su voluntad a los súbditos. Los hombres mudos, seguramente, son aquellos que alardean de ser valientes, como los perros que gruñen y no muerden; que se ven atacados, pero no se defienden, que aguantan todas las injurias murmurando contra el verdugo entre dientes. Los hombres mudos tal vez sean aquellos que ponen sus vidas, sus cabezas, a disposición de los fuertes y poderosos. Lo peor de la sumisión, como le sucedió al perro mudo, es la muerte: la muerte emocional a causa de la falta cariño y amor, la ausencia de esperanzas sociales y culturales; y la muerte física, a causa de la violencia, la pobreza o la injusticia.


Por extensión, desde un punto de vista sociológico –acorde con la realidad sociopolítica caribeña y latinoamericana– podemos afirmar que los hombres mudos como el perro son los maltratados, los silenciados y los que no tienen voz. Historia de mudos, puede hallar, finalmente, resonancia en la isla dominicana, cuyos hombres aguantan, toleran y padecen, aunque irrumpan en improperios y se desgañiten diciendo “coño”, “carajo” sin ningún efecto real en las estructuras de poder bajo las cuales viven y mueren.


Conclusión


Historia de mudos, emplea un léxico popular y culto a la vez, un lenguaje fluido, fresco y dinámico. En mi opinión, la narración de Keysi Montás, alcanza con creces la cuota fictiva necesaria, por lo que podemos afirmar, sin ambages, que estamos ante un cuento relevante y ante un autor importante de la diáspora dominicana. La interpretación que he esbozado, la psicológica y la moral, es solo un intento de aproximación a Historia de mudos, que abre el camino a otras lecturas. Finalmente, Historia de mudos nos insta sutilmente a explorar nuevas formas de comunicación que superen los conflictos y las diferencias sociales y culturales. Es una invitación a fortalecer y cohesionar a la especie humana entre sí, pero también la convivencia con otras especies, estableciendo una relación de respeto a la vida de todos los seres vivientes.

Fausto Antonio Leonardo Henríquez, PhD

23 enero 2023

TRANSHUMANISMO, POSTHUMANISMO Y DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA. El mito de las ciencias convergentes como fuente para un mundo feliz

 TRANSHUMANISMO, POSTHUMANISMO Y DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

El mito de las ciencias convergentes como fuente para un mundo feliz

de

Fausto Antonio Leonardo Henríquez, C.M.

 

Una tesis doctoral que plantea el problema permanente y actual de la humanidad:

Ser humanos o ser dioses

Luis Quezada

Teólogo católico laico de matriz ecuménica 

A mi

Lourdes

que durante cuatro noches seguidas soportó la ausencia mía en la cama a su lado

  

INTROITO NECESARIO: Un desafío a quemarropa

Desde mi entrada al Movimiento Interiorista, hace apenas 5 años, vengo escuchando hablar del Padre Fausto Antonio Leonardo Henríquez (La Vega, 20 de noviembre de 1966), de nacionalidad domínico-española, sacerdote de la Congregación de la Misión (Padres Paúles). Hasta hoy no había tenido el placer de conocerle en persona, pero había ya leído muchas cosas de él y otras que en el movimiento se dicen de él. Entre sus obras, disfruté la lectura de su Antología mayor del Movimiento Interiorista (2007), Gemidos del ciervo herido (2012), una verdadera diadema de poesía mística (2012), que al decir del mismo autor, “Gemidos del ciervo herido son el desgarro de quien descubre a Dios y sufre porque no lo alcanza del todo”; este libro le valió al  autor ser galardonado con el Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, el 14 de diciembre de 2009; es oportuno recordar la frase del propio Fernando Rielo cuando dice “la poesía es forma de una cultura que pasa por una espiritualidad insobornable”. También disfruté la lectura de sus libros La palabra en la retina (2016) y Savia innombrable (2018). De este poemario me veo tentado a rememorar su último poema Metabeso (ahora que está de moda hablar de metaverso), donde dice:


Quiero sentir el “beso de tu boca”

el calor de tus labios.

 

Quiero morderte a besos la mirada,

el amor que en tu Palabra brilla.

 

Dame un metabeso.

Se queda extasiada mi alma,

muda, estática como joven 

que prueba las mieles del amor

a escondidas.

 

Quiero fundirme en ti

como agua en el agua 

(p.56)

 

Después leí con unción la publicación titulada La obra poética de Fausto Leonardo Henríquez (2018), donde 21 autores, con Bruno Rosario Candelier a la cabeza, desmenuzan el valor y el alcance de la poesía mística de nuestro autor en cuestión.


Finalmente, había leído del autor su obra de coordinación Poetas interioristas españoles (2020) que, al decir del mismo Fausto Leonardo Henríquez, “esta antología es una muestra mínima de la creación de los poetas incorporados al Movimiento Interiorista de Literatura con arraigo en España”, donde él explicita la contribución que han hecho 12 poetas españoles al Movimiento Interiorista. 


Con Fausto Antonio Leonardo Henríquez estamos delante de un gran poeta, de un penetrante místico, que para los dominicanos constituye un verdadero embajador de la palabra.


Después que me había preparado para hacer mi trabajo sobre Gemidos del ciervo herido, hace dos semanas, don Bruno Rosario Candelier me cita en Moca y me dice que el trabajo que voy a presentar en el encuentro del Ateneo de este mes 2023 es su tesis doctoral. Yo a don Bruno soy incapaz de decirle que no; pero me vi sobrecogido al ver el grosor de esta tesis, de 611 páginas, de una actualidad fascinante (publicada en 2020), de un tema desafiante (Transhumanismo y Posthumanismo); con un nivel de erudición envidiable (sus referencias bibliográficas suman 60 páginas). 


Debo confesar que no solamente me sentí sobrecogido sino también abrumado. Mi esposa me vio durante 4 días desvelarme, en una lectura apasionante que no me dejaba soltar el libro y una mañana, muy temprano, ella se me acerca y me dice: “hacía mucho que no te veía trasnocharte durante 4 noches seguidas, ¿qué es lo que lees?, y como mujer curiosa, toma el libro en sus manos y cuando lee las dos primeras palabras de su título, me dice: ¿y qué es eso de Transhumanismo y Posthumanismo?; confieso que no me sentí en ánimo de responderle y le musité: la primera en leer lo que yo entiendo de esta tesis desafiante serás tú”; y salí a principios de esta semana de la capital, dejándole mi ponencia en sus manos. Ayer en la mañana, llamo a Lourdes bien temprano y se me ocurre preguntarle: ¿qué te pareció, no mi trabajo, sino la tesis que enfoco en él?, y me dijo escuetamente: Pero, ese Fausto Leonardo es un PENSADOR; a lo que le respondí: Has dicho bien; no solamente es un POETA y un MISTICO; es también un PENSADOR de altos quilates. La conversación terminó con esta frase de mi Lourdes: Tú me puedes prestar el libro de Fausto para leerlo despacio”; a lo que le rastrillé: El libro no es mío, es de don Bruno y tiene incluso una dedicatoria del autor a don Bruno. Lo consultaré a ver si me lo deja durante algunas semanas, para que lo leas. Y terminé la conversación telefónica, afirmándole: Me gusta lo tuyo; no leas sobre la fuente; lee la fuente”. Y esa es mi pretensión. No que ustedes se queden con una modesta lectura de la fuente, que es mi ponencia, sino que puedan disfrutar directamente de la fuente, que es este monumento intelectual de la tesis de Fausto Leonardo Henríquez.


Una acotación final que concierne directamente al autor. Para conocer una obra, primero hay que acercarse al autor de la misma. Es un hombre que cree en la vida religiosa; es protagonista de un carisma de varios siglos que heredan de San Vicente de Paúl, basado en el lema “Evangelizare pauperibus misit me” (“Me envió a evangelizar a los pobres”), tomado de la perícopa de Lucas 4, 14-30. De manera que estamos delante de un autor que vive y siente la espiritualidad de los sufrientes, de los últimos de la historia, de los descartados. Y eso le da una sensibilidad especial para percibir el horror que nos sobrevendrá si se impone la ideología trans-posthumanista.


“Los pobres son nuestros señores y maestros. Maestros de vida y pensamiento. Junto a ellos la inteligencia se esclarece, el pensamiento se rectifica, la acción se ajusta, la vida se modela desde el interior”. ​


 (Vicente de Paúl, en una de sus Conferencias a

los Padres de la Misión y a las Hijas de la Caridad).


Pienso que esta tesis fue inconscientemente motivada por la celebración en el año 2017 de los 400 años de la fundación del carisma vicenciano que vi veplenamente el autor de esta obra.


Vamos hacia un tránsito del hombre natural al hombre artificial. Es acertada y elocuente la portada de su libro: el cuadro Mujer cyborg, de Dmytro Tolokonov.



I.               Cómo logré la domesticación de una tesis salvaje

Con el poco tiempo con que contaba, y queriendo ser serio ante un autor que me exige seriedad, me dispuse a domesticar el libro. 


La primera noche de vigilia, leí la introducción y la conclusión; me deleité saboreando las 60 páginas de referencia bibliográfica, que me ponen en cintura ante las dimensiones que tiene esta tesis; leo a seguidas el STATUS QUAESTIONIS (ESTADO DE LA CUESTION) que el autor presenta sobre lo que es el TRANSHUMANISMO y el POSTUMANISMO. Y finalmente, en ese primer acercamiento, me leo sabrosamente los 7 resúmenes que presenta el autor al final de cada uno de los 6 capítulos que componen su obra.


La segunda noche de vigilia, fue ya de una lectura sosegada de cada uno de los 6 larguísimos capítulos que conforman el cuerpo de la tesis, a saber:

1.     Historia y desarrollo del Transhumanismo

2.     Postulados e instrumentos científicos del Trans-Posthumanismo para llevar a cabo su ideario de superación de la especie humana

3.     Ámbitos de influencia del Trans-Posthumanismo.

4.     Reacciones al Trans-Posthumanismo

5.     La antropología integral de la Doctrina Social de la Iglesia como criterio de juicio al Transhumanismo.

6.     Respuestas a los interrogantes éticos que plantea el Trans-Posthumanismo.


Debo confesar ante ustedes, que esta segunda noche de vigilia, quedé noqueado ante la magnitud de esta obra, pues me di cuenta que estamos en presencia de un clásico, como lo explica Friedrich Schlegel: “Un clásico es una obra que nunca llegamos a comprenderla; que siempre la leemos de nuevo, para descubrir nuevas variantes y vertientes; y que nunca agota su contenido, pues cada nuevo lector verá nuevas cosas en ella”. Hice, evidentemente un recuerdo pobre, según lo permite mi comienzo de Alzheimer, de la brillante explicación sobre lo que es un clásico que hizo el excelente filósofo alemán.


La tercera noche de vigilia fue agarrar una libreta y comenzar a darle forma al esquema de mi presentación, es decir, diseñar el muñeco.


La cuarta noche consistió en tomar la PC y comenzar el proceso de redacción de esta humilde ponencia que les presento, de una obra soberbia en erudición científica, filosófica y teológica. Insisto, mi comentario es un acercamiento a lo vendedor de periódicos, sobre esta monumental tesis doctoral.



II.             Acercándome a dos conceptos claves de la tesis doctoral 

Estoy hablando evidentemente de los conceptos: TRANSHUMANISMO y POSTHUMANISMO.


A lo vendedor de periódicos, TRANS-HUMANISMO significa transformar lo humano a través de la tecnología que provocarán las ciencias convergentes: Nanotecnología, Biotecnología, Inteligencia Artificial, Ciencias cognitivas, etc), “con las que se piensa reparar las dolencias físicas, cognitivas y emocionales del ser humano, así como aumentar sus capacidades ignatas o incorporar otras nuevas (FLH, p.23).


El TRANSHUMANISMO es el CAMINO que nos llevará a una META: EL POSTHUMANISMO, es decir, a un estadio “más allá de lo humano”, donde se visualizan dos aspectos: la robotización del hombre y/o la divinización del hombre.


Fausto Leonardo Henríquez, en su introducción, lo expresa así: “Ese poder tecnocientífico está revolucionando paulatinamente todas las esferas de la sociedad con una propuesta seductora de cambiar profundamente la realidad, dar sentido a la vida y garantizar un mejor futuro para todos con grandes beneficios individuales y sociales como jamás antes se ha visto” (FLH, p.21).


Un poco más adelante, FLH aclara cuál es el tema de su investigación: “El tema de investigación de esta tesis es una valoración moral del transhumanismo y el posthumanismo a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia” (FLH, p.22). El autor no duda en denominar al TRANS-POSTHUMANISMO como una "ideología“antropológica”. Es decir, lo que está en juego es la mismísima condición humana. FLH cita a Pablo VI: “Porque el peligro no viene ni del progreso ni de la ciencia, que, bien utilizados, podrán, por lo contrario, resolver muchos de los graves problemas que afligen a la humanidad. El verdadero peligro está en el hombre, que dispone de instrumentos cada vez más poderosos, capaces de llevar tanto a la ruina como a las más altas conquistas” (FLH,p.9).


Y agrega otra frase del recién fallecido papa emérito Benedicto XVI: “La ciencia puede contribuir mucho a la humanización del mundo y de la humanidad. Pero también puede destruir al hombre y al mundo si no está orientada por fuerzas externas a ella misma (…) No es la ciencia la que redime al hombre. El hombre es redimido por el amor. Eso es válido incluso en el ámbito puramente intramundano”. (FLH,p.9).


La ciencia y la tecnología no son NEUTRALES: o construyen o destruyen. O matan o dan vida. O humanizan o deshumanizan.


FLH le da a su tesis un subtítulo elocuente: El mito de las ciencias convergentes como fuente para un mundo feliz.


La eudaimonía (felicidad) de que hablaba Aristóteles y muchos de los presocráticos, ha sido una búsqueda constante en todas las culturas de la humanidad, tanto de Oriente como de Occidente.


Todo el pensamiento mítico de la humanidad ha sido reiterado en el tema de la FELICIDAD a través de superar el sufrimiento, el envejecimiento e incluso, la muerte.


FLH precisa la característica principal de la ideología transposthumanista: “La característica principal de la ideología trans-posthumanista es su tenaz tentativa de mejorar y aumentar biotecnológicamente las capacidades físicas, cognitivas, emocionales y mentales de la especie humana, desde las bases mismas de la vida -rediseño y edición genética hasta acabar con la vejez y, en el mejor de los casos, con la muerte, considerada esta última por muchos como un hecho biológico y natural, más que algo impuesto por Dios: El problema de la muerte es un problema a resolver y no una realidad impuesta por la naturaleza o impuesta por la voluntad divina” (FLH, p.22).


Para decirlo en la nomenclatura de los libros de Yuval Noah Harari, se trata de pasar del homo sapiens al homo deus.


El dilema de fondo del ser humano -y es una constante en la historia- consiste en no querer ser humanos sino en querer ser como dioses. Hoy, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, al volcarse en ideología-utopía, quiere asegurar y confirmar ese tránsito de la humanidad a la divinidad. Vamos a dejar de ser humanos y nos convertiremos en dioses.

 


III.           UN CUENTO PREMONITORIOEl presente-futuro (un niño) le pregunta al presente-pasado (el abuelo) sobre el futuro.

El niño preguntó al abuelo:

¿Cómo viviremos en el futuro?

El abuelo respondió:

Los hombres no tendrán que embarazar a las mujeres, pues ellas mismas se auto-embarazarán a través de sus células madres.


No habrá hombres ni mujeres, pues habremos llegado a los transgéneros; volveremos al andrógino, que era hombre y mujer a la vez en un solo ser; se cumplirá aquello que dejaba entrever Nietzsche: “Lo que Dios ha unido, que no lo separe Dios”. 


No existirán gimnasios, porque no habrá obesidad; la nanotecnología y la biotecnología habrán resuelto ese problema. 


No habrá clínicas ni hospitales, porque no existirá la enfermedad, ya que muchas ciencias convergentes habrán resuelto ese problema. 


No habrá asilos de ancianos, porque ya no existirá el envejecimiento.


No habrá velorios ni funerarias, ni cementerios, porque la muerte ya no existe. Será cosa del pasado. Volvemos a releer a Nietzsche: Habremos logrado la muerte de la muerte.


No tendremos que trabajar, porque eso se lo dejaremos a los robots. Por vía de consecuencia, desaparecen las leyes laborales, los sindicatos, las huelgas, las vacaciones de trabajadores, los seguros, las pensiones y jubilaciones. 


No habrá manicomios, pues la locura será controlada, a través de la genética (el genoma), la nanotecnología, la biotecnología, las neurociencias y otras ciencias convergentes. 


No habrá ciegos, ni sordos, ni mudos, ni discapacitados motores, ni síndrome de Dawn, ni autistas, porque las ciencias convergentes habrán puesto fin a esas limitaciones. Al fin triunfará de nuevo Nietzsche: tendremos el SUPERHOMBRE. 


No habrá prostitutas humanas, pues existirán muñecas tan perfectas, realizadas por la tecnología, que no sabremos si son humanas o robots. Es el triunfo de la cibernética a través de los ciborg (cyb-org = seres mitad orgánicos, mitad tecnológicos. Parece que vamos a un mundo donde no habrá cuerpos biológicos.


El niño, a pesar de su poderosa imaginación, se sentía mareado. Paró en seco al abuelo y le dijo:


Abuelo, no sigas hablando de ese futuro, porque ¿dónde estaremos nosotros? Parece que ya no existiremos como humanos. 


El abuelo concluyó diciendo:


Tienes razón, mi niño. Ya no seremos ni humanos, ni robos. Seremos dioses.

 


IV.           ¡EUREKA! En tiempos de “sequía mesiánica, de fin de los grandes relatos, fin de las ideologías y utopías, aparece una nueva utopía: EL TRANS-POSTHUMANISMO.

A principios de la década de los noventa del siglo pasado, el pensador nipón-norteamericano Francis Fukuyama esgrimió la tesis del “fin de la historia”, con la caída estrepitosa del socialismo real y expresó que ya llegamos a donde teníamos que llegar, al mejor de los mundos posibles. En las dos décadas completas que ya lleva el siglo XXI, Francis Fukuyama se ha dado cuenta que vamos hacia el peor de los mundos posibles, y ha comenzado a negar su euforia inicial, a través de dos obras, Nuestro futuro posthumano. Consecuencias de la revolución biotecnológica (2002) y posteriormente su obra Transhumanismo (2004). Lo considero un modelo de honestidad intelectual: se dio cuenta que con su euforia inicial del fin da los grandes relatos y de la muerte de las utopías y las ideologías, hemos construido una nueva utopía y una nueva ideología llamada el TRANS-POSTHUMANISMO. 


Es decir, que en estos tiempos de “sequía mesiánica” (Elsa Tamez), ha surgido una nueva ideología y utopía todopoderosa: EL TRANS-POSTHUMANISMO. Repito, EL TRANSHUMANISMO es el CAMINO que nos llevará a una META: EL POSTHUMANISMO. 


Fausto Leonardo Henríquez lo visualiza claramente de entrada en su tesis doctoral, al seleccionar tres citas, una bíblica y dos papales, que visualizan el leitmotiv de esta nueva ideología y utopía que está arropando el mundo. Me limito ahora a enunciar la cita bíblica:  


“Y dijo Yahvé Dios: ¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre” (FLH, p.9). 



V.             El planteamiento de fondo de la tesis es una tentación permanente y actual: No queremos hacernos humanos sino hacernos dioses.


Dado que, por razones de tiempo en esta exposición, no puedo desglosar el formidable contenido científico, filosófico y teológico que resuma el cuerpo textual de esta tesis, me limitaré a enfocar el planteamiento de fondo que a mi juicio quiere explicitar este enjundioso trabajo intelectual de FLH.


El proyecto de Dios es que el hombre sea HUMANO en la TEMPORALIDAD y al acceder a la eternidad alcance la convivencia con la DIVINIDAD.


El Génesis es claro al presentar el proyecto de Dios: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza” (Gen.1,26). No dice: hagamos ángeles, o hagamos dioses, sino hagamos al ser humano. Dios se propone hacer hombres. Este es su proyecto: hacer hombres, hijos de Dios, hermanos unos de otros y administradores solidarios de los bienes del Padre. Es un proyecto sim-bólico (para unir).


Pero frente a este proyecto, aparece enseguida otro proyecto, que la Biblia no duda en atribuírselo a la serpiente, un proyecto dia-bólico (para dividir), destructivo: “Ustedes serán como dioses” (Gen.3,5). La meta parece más elevada, porque es la misma divinidad. Pero decididamente el resultado no es divino sino idolátrico.


Aquí surge el pecado (rahab = no dar en el blanco). Dar en el blanco es querer ser humanos. No dar en el blanco es querer ser dioses.


Desde siempre coexisten estos dos proyectos en pugna:


El proyecto sim-bólico de Dios que es HUMANIZAR, hacernos humanos.


El proyecto dia-bólico, que es la idolatría, hacernos dioses.


Teológicamente hablando, lo contrario de la fe no es la falta de fe, sino la IDOLATRIA. Convertirnos en dioses. Desde el momento que nos convertimos en dioses, destruimos la fraternidad, la hermandad. La humanidad se convierte en “Caín y Abel”.


En este enfoque, he seguido muy de cerca los planteamientos de Carlos Bazarra, OFM Cap.


A MANERA DE CONCLUSION


Pienso que es muy acertado el planteamiento de FLH. Quizás le cuestiono si el marco tradicional de la DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA es el más adecuado para enfocar la problemática del TRANS-POSTHUMANISMO, pues la DSI está muy cifrada en los problemas sociales que hemos heredado en el transcurso de la modernidad. Pero estamos ante una problemática post-moderna. Pienso que el marco de la Bio-Ética o de la Antropología teológica es más adecuado para enfocar la problemática que nos presenta el trans-poshumanismo. Como FLH es un profesor de larga data de DSI, pienso que tiene una visión más amplia que la que yo percibo de este campo específico de la reflexión teológica.


Lo que acabo de decir no desmerita de ningún modo, el certero planteamiento de FLH que nos desafía, nos clarifica y nos hace salir de un laberinto tormentoso por el que transita actualmente la humanidad.

Domingo 15 de enero de 2023

 

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