12 marzo 2022

Elementos religiosos en el Cantar del Mio Cid


Introducción

 

Cuando pienso en poemas épicos viene a mi mente La Ilíada, La Odisea, La Eneida, Las Luisiadas de Luis de Caomões (1572), Cantar de Mio Cid (1207), La Divina Comedia (1307), La Araucana (1569) de Alonso de Arcilla, La Henriada (1723) de Voltaire. Podría, también, incluir en esa nómina el Fausto de Goethe que, aunque no es un poema heroico, sino dramático, es un poema de largo aliento con numerosos elementos de heroicidad.                

Por lo que respecta al Cantar del Mio Cid, que es el texto a reseñar en estos apuntes, hay que señalar que es una obra que emerge en un contexto de reforma de la Iglesia,[1] el auge de las cruzadas[2] y la reconquista de los territorios ocupados por los musulmanes en la Península Ibérica. Una característica de la reconquista es, justamente, la dimensión religiosa. En dicha Península, la reconquista no era propiamente una cruzada contra los musulmanes, sino un esfuerzo español por recuperar sus tierras, que es por lo que lucha militarmente el Campeador. Para una lectura más especializada sobre la cuestión religiosa, es recomendable la tesis de Caroline Trinity Byfield quien, con acierto, analiza la influencia herética del arrianismo en el Cantar del Mio Cid.[3]

En el Cantar del Mio Cid aparecen reflejadas dos grandes religiones monoteístas: la musulmana y la cristiana. Cabe decir que dichas religiones se sitúan en planos diferentes. La primera, la musulmana, queda en un plano inferior; la segunda, la cristiana, ocupa un primer plano. Naturalmente, el contexto social, político y religioso de la España s. XI y XII, toda la Edad Media, está influenciado notoriamente por la religiosidad de inspiración cristiana. La figura del rey español debía ser, junto a sus mejores soldados, un gran defensor no solo del territorio peninsular, donde todavía había regiones y ciudades en manos musulmanas, sino también de la religión cristiana, que, desde los orígenes, era parte de la identidad española. Si se admite la consideración, en aquella época (Edad Media), ser español significaba estar de parte del rey y de la religión del rey, que era la cristiana. Lo contrario, se puede inferir, era estar de parte de una cultura y de una religión extraña o no aceptada, en general por el pueblo, la musulmana. En contraste, en nuestros días hay quien, desde ciertas facciones de la política de izquierdas, sabiendo que la Península Ibérica fue dominada durante ocho siglos, coquetea con la religión de sus antiguos adversarios y dominadores sin advertir las sutiles amenazas de reconquista de us antiguos dominadores.

Estadísticas 

El autor del Cantar del Mio Cid, menciona el nombr de Dios 103 veces; el de María, directa o indirectamente, 20 veces. San Pedro 14 veces; Cielo 14 veces y su equivalente lo “alto”, 6 veces; Señor, referido al nombre de Dios, aparece 8 veces. Todos los santos, 8 veces. Apóstol Santiago 5 veces.

Los datos estadísticos, como todos sabemos, solo sirven como indicativos de algo más profundo, revelan, a mi entender, una tendencia, o, si se prefiere, ciertos patrones que dan lugar a una formulación teórica o, incluso, para constatar una realidad subyacente. Pues bien, dichos datos retratan de alguna manera el espíritu de la época medieval. Esto es, de un período en el cual la sociedad pensaba y sentía en clave religiosa, sea esta cristiana o musulmana. Recuérdese que la impronta de ochocientos años de dominación de los musulmanes marcó profundamente el territorio español. En la actualidad, las continuas tensiones con Marruecos, avivan viejos temores entre muchos españoles que perciben el aumento de la población de inspiración musulmana como un verdadero peligro.

Rasgos teológicos y religiosos 

El Cantar del Mio Cid posee ciertos elementos netamente de carácter teologal y religioso, estos son, a saber: las invocaciones, devociones, sacramentos y las órdenes militares o «nueva milicia» (S. Bernardo). Digamos algo de cada una de ellas.

Invocaciones religiosas

En el poema Mío Cid se puede verificar la existencia de numerosas innovaciones a Dios, a Santa María y a los Santos.[4] Muchas de ellas empleadas para pedir la protección divina. Cuando una persona, sea ésta héroe o no, invoca a Dios y a los Santos, reconoce su debilidad, su dependencia divina y la necesidad de un auxilio que está más allá de las fuerzas humanas. Naturalmente, la fe en Dios y las oraciones de súplica al cielo no quita que el héroe y su ejército tengan que emplearse a fondo para vencer en las batallas. La religiosidad del Mio Cid es un vivo ejemplo de cómo están imbricadas la libertad humana y el Providencia divina.

Hay distintos tipos de invocaciones en el Cantar del Mio Cid:

a)     Para encomendarse a Dios antes de partir al destierro.


¡Gracias a ti, Señor, Padre que estás en lo alto!
¡Esto han tramado contra mí mis enemigos malvados! (I 8-9)

 

b)    Para infundir valor en sus hombres antes salir a una contienda:

¡En el nombre del Creador y del apóstol Santiago, heridlos, caballeros, con ganas y gran voluntad, pues yo soy Ruy Díaz, Tanta cuerda de tienda mio Cid el de Vivar! (II 1138-1140)

c)     Para agradecer a Dios y pedir la protección de Santa María.

 

A ti te lo agradezco, Dios, que cielo y tierra guías; 

protéjanme tus virtudes, gloriosa Santa María! (I 17-18).

d)    Para expresar confianza en la divina providencia:

¡A Dios le plazca y a Santa María 

que llegue con mis manos a casar a mis hijas (I 283-284)

e)     Para manifestar confianza en Dios e infundir esperanza en un futuro promisorio a sus hombres.

Yo se lo ruego a Dios, al Padre espiritual, 

que a los que por mí dejáis casas y heredades, 

antes de que yo muera, algún bien os pueda dar, 

lo que perdéis, doblado recuperar. (I 300-304)

 

Devociones

 

Un segundo rasgo del Cantar del Mio Cid es la piedad y la devoción popular como demuestra el culto a Dios, a Virgen María y a todos los santos. Un indicativo relevante de las devociones de la época lo constituye la dedicación de los monasterios e iglesias, además de obras civiles y pueblos, tales como Catedral de San Çalvador (2924), San Esteban de Gormaz (397, 2696), San Fagunt (Sahagún, 1311-1313, 2922), Monasterio de San Pedro de Cardeña (239, 1391- 1617, 1410, 2877), Monasterio de San Serván (3047), Catedral de Santa María de Burgos (215, 625-856) y de Valencia (1304, 1580, 1668, 2237), Puente de Santa María (150, 290), Santa María de Oriente (1462), Santiago (2925). Particular devoción se le tributa a San Pedro, a Santiago y a la Virgen María.

 Los sacramentos

En el Cantar del Mio Cid, los sacramentos ocupan un lugar fundamental. Los sacramentos expresan la recta fe, la fe celebrada vale decir, pero a la vez la centralidad de Jesucristo. La experiencia cristocéntrica de la época se vivía en la misa (missa), y en el sacramento del perdón de los pecados (soltura). El perdón significaba desatar, soltar de los pecados. La espiritualidad, también, se vivía en la Liturgia de las Horas. El Cid los practica antes de salir al destierro o en momentos de gran peligro como puede ser el inicio de una batalla o ante un posible triunfo como fue el juicio ante el Rey. Es innegable que los ritos sacramentales eran parte normal, natural, de la forma de ser y pensar de la sociedad medieval del siglo XI.

 

En plena madrugada todos armados estad, 
el obispo don Jerónimo la absolución nos dará, 
nos dirá la misa y empezad a cabalgar. (I 687-688)
 
En San Pedro a Maitines tañerá el buen abad,
nos dirá misa, la de la Santísima Trinidad (I 318-319)

El obispo don Jerónimo la misa les cantaba; 
la misa dicha, gran absolución les daba:
Al que aquí muera luchando de cara 
le perdono los pecados y Dios le acogerá el alma. (II 1703-1705)

Las nuevas milicias cruzadas

Se sabe que fueron el Papa Urbano II (1088) y San Bernardo (1990-1153) los que impulsaron las cruzadas y dieron origen a las órdenes militares. De las milicias cruzadas subrayamos que estaban compuestas en gran medida por monjes-soldados.[5]  Un ejemplo de la nueva milicia era la orden Templaria, compuesta por monjes-soldados. Dicha orden estaba dividida en tres categorías: legos, caballeros y clérigos. Vale decir que las cruzadas unían la espada y la cruz. En aquella época –hoy, en el siglo XXI nos parece una locura–, era de buenos cristianos embarcarse en las cruzadas.

A tenor de lo dicho, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, es parte de una concepción religiosa que había permeado el estamento militar. El Campeador no podía ser sino un alto mando, noble, obediente al rey y cristiano por convicción, practicante de su religión.

Los monasterios: centros de cultura y trabajo

Uno de los momentos emblemáticos de la dimensión religiosa del poema Cantar del Mio Cid lo hallamos en el poema Llegada del Mio Cid a San Pedro de Cardeña (1 14, 235-265). El Cid llega a la Abadía de esta localidad y entabla una conversación fluida con el Abad. Cabe indicar que las abadías eran centros de alta cultura, ciencia y saber. Se puede decir que todavía en nuestros días lo son, aunque de otra forma. Los reyes y nobles solían acudir a estos centros, que eran focos de luz y civilización, por su piedad, testimonio y trabajo incansable.

Las abadías eran símbolo de la piedad, culto, estudio, meditación y contemplación. En ellas el cristiano podía elevarse a Dios y penetrar en los misterios de la fe, además de adquirir profundos conocimientos, bastante avanzados para los tiempos que corrían en aquella época. 

Pues bien, el Cid confía en el Abad y, por tanto, en la seguridad de la abadía para custodiar y proteger a su esposa, Dña. Jimena y a sus dos hijas menores, Elvira y Sol. En resumidas cuentas, el Campeador es un héroe con una profunda sensibilidad religiosa, una fe natural, si se quiere, pero sincera.

El credo de Dña. Jimena

El fragmento Cantar I 18, 325-375,[6] es el que, a mi juicio, mejor resume el aspecto religioso cristiano del poema épico Cantar del Mio Cid. En dicha pieza se cuenta cómo el Cid y Dña. Jimena van a la Santa Misa muy de mañana. En la oración Dña. Jimena recita, con piedad, el credo cristiano, siguiendo un orden cronológico. Por una parte, aclama a Dios como Creador de los astros y de los seres vivientes. Luego, proclama el misterio de la encarnación de Jesucristo y todo lo referente a su nacimiento; seguidamente da un salto cualitativo al rememorar elementos bíblicos de los profetas del Antiguo Testamento del pueblo hebreo; retoma de nuevo el relato de las Bodas de Caná, donde Jesús hizo un signo milagroso importante. También alude al milagro de la multiplicación de los panes y a la resurrección de Lázaro. Después continúa con la Pasión y Muerte de Cristo en el Monte Calvario; la Resurrección de entre los muertos y culmina su oración refiriéndose a San Pedro, un nombre emblemático, por estar también relacionado tanto con la figura del Apóstol, centro de comunión y centralidad de la fe católica, como con el nombre del papa, sucesor de Pedro. Cito:

 

Tañen a maitines, con una prisa muy grande, 
mio Cid y su mujer a la iglesia se van.
Se echó doña Jimena en las gradas ante el altar, 
rogándole al Creador lo mejor que ella sabe, 
que mio Cid el Campeadro Dios lo librase de del mal:
¡Señor Glorioso, Padre que en el cielo estás! 
Hiciste el cielo y la tierra, lo tercero el mar;
hiciste estrellas y luna, y el sol para calentar; 
realizaste tu encarnación en Santa María, tu madre, 
en Belén naciste, como fue tu voluntad, 
 los pastores te glorificaron, te fueron a alabar,
tres reyes de Arabia te vinieron a adorar,
Melchor, Gaspar y Baltasar
oro, incienso y mirra te ofrecieron, como fue tu voluntad; 
salvaste a Jonás cuando se cayó en el mar,
 salvaste a Daniel de los leones en la horrible cárcel, 
salvaste dentro de Roma al noble San Sebastián, 
salvaste a Santa Susana de la acusación falaz;
por tierra anduviste treinta y dos años, Señor espiritual, 
mostrándonos milagros, de ahí tenemos de qué hablar: 
 del agua hiciste vino y de la piedra, pan,
resucitaste a Lázaro, pues fue tu voluntad,
por los judíos te dejaste prender, en el monte dicho Calvario 
te pusieron en una cruz, en el llamado Golgotá,
a dos ladrones contigo, uno de cada parte, 
 el uno fue al paraíso, pero el otro no entró allá;
estando en la cruz obraste un prodigio grande: 
Longinos era ciego, que no vio nunca jamás,
te dio con la lanza en el costado, del que salió la sangre, 
corrió por el astil abajo, las manos se fue a manchar, 
 las alzó hacia arriba, se las llevó a la faz, 
abrió los ojos, miró a todas partes,
en ti creyó entonces, por eso se salvó del mal; 
en el sepulcro resucitaste [................]
y fuiste a los infiernos, como fue tu voluntad,
 rompiste las puertas y sacaste a los santos padres. 
Tú eres el rey de reyes y de todo el mundo padre,
a ti adoro y en ti creo con toda mi voluntad,
y le ruego a San Pedro que me ayude a rogar.
por mio Cid el Campeador, que Dios le libre de mal;
 ¡siendo que hoy nos separamos, haznos en vida juntar! 
Hecha la oración, la misa acabada está,
salieron de la iglesia, se aprestan a cabalgar.
El Cid a doña Jimena la iba a abrazar, 
doña Jimena al Cid la mano le va a besar,
 llorando en silencio, sin saber cómo obrar, 
y él a las niñas las volvió a mirar:
A Dios os encomiendo, hijas, al Padre espiritual,
ahora nos separamos, Dios sabe cuándo la reunión será.
Llorando en silencio, como no habéis visto igual, 
así se apartan unos de otros como la uña de la carne. 

La visión celestial: aparición del ángel Gabriel 

Otro fragmento clave de la cuestión religiosa en el poema épico que nos ocupa en estas líneas se narra en el Cantar I 19, 405-411. El Cid recurre a los favores divinos para augurar a su héroe un futuro esperanzador. El Cid, mientras dormía, tiene una visión en la que se le aparece el ángel Gabriel. ¡Ni que fuera un profeta o un santo a la manera de la Virgen María! Sorprende, pues, que El Cid, adquiere la dimensión de elegido divino para una misión, para un propósito del cielo. El enviado de Dios, el ángel Gabriel, infunde una confianza absoluta en la empresa que tiene entre manos. Por tanto, el héroe, es un elegido, un enviado de Dios para llevar a cabo un propósito querido, revelado por Dios, aunque esa misión fuera pelear con la espada y luchar por los territorios ibéricos.

 
Allí se echaba mio Cid después de que cenó, 
le embargó un sueño dulce, muy bien se durmió; 
el ángel Gabriel en sueños le visitó: 
¡Cabalgad, Cid, el buen Campeador,
pues nunca en tan buen momento cabalgó varón! 
Mientras vivas, lo tuyo saldrá a la perfección.
Cuando se despertó el Cid, la cara se santiguó, 
se persignaba en la cara, a Dios se encomendó.
(Cantar I, 404-411)

 

Conclusión

La importancia de la religión monoteísta en el pueblo ibérico durante el período medieval es incuestionable. Esa impronta, como no podía ser de otra manera, también está en el Cantar del Mio Cid. Vale decir que la cuestión religiosa comprende lo cristiano y lo musulmán. La fenomenología religiosa se entreteje con diferentes elementos, a saber: la reforma de la Iglesia, las cruzadas y la Reconquista. Es en ese medioambiente jalonado por la religión que el Cid cobra las dimensiones de héroe. El Cid combate por una cultura y una sociedad ideal de inspiración cristiana en oposición a la musulmana, que era vista como enemiga o, si se prefiere, como una amenaza. 

Dios es un protector en la adversidad, una fortaleza que les asegura la protección y una guía divina en los malos y en los buenos tiempos. De los labios del Cid Campeador salen palabras de gratitud, de súplica y alabanza. El Cantar del Mio Cid tiene como telón de fondo lo religioso y las vivencias del pueblo cristiano de la épocaI. El Cid posee un sentimiento religioso, una experiencia cristiana de la fe que nadie le puede negar. En fin, el alma del Cid resume a un mismo tiempo la ortodoxia de un pueblo, por cuanto es católico de la religión de San Pedro, la piedad por el culto y la celebración de los sacramentos, la fe en Jesucristo y la devoción a los Santos.

FaustoLH 

BIBLIOGRAFÍA

Alvarado H., Tamara, «Cruzada y Reconquista a partir del Poema de Mío Cid: una lectura de las estructuras socio-políticas para los siglos XI-XIII», Anejos Estud. Clásicos Mediev. Renacent. – Santiago 1 (2011) 35-45.

Artuño Alea, Salvador, «“En el nombre del Criador e del Apostol Santi Yagüe”. El trasfondo religioso del Poema de Myo Cid», Mar Oceana 22 (2007) 29-57.

Baeza, Ricardo, Cantar del Mio Cid (Biblioteca Billiken – Colección Roja), Buenos Aires: Atlántida 31952.

Byfield, Caroline Trinity, El Cid visigodo: tendencias arrianas en el Cantar de Mio Cid, Graduate Studies 2013.

Cervantes, Biblioteca Virtual Miguel de, «Texto modernizado del Cantar de Mio Cid / Timoteo Riaño Rodríguez y Ma. Carmen Gutiérrez Aja, edición didáctica para el proyecto Aula Virtual del Mio Cid», Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, <https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/texto-modernizado-del-cantar-de-mio-cid--0/html/0175c3aa-82b2-11df-acc7-002185ce6064_6.html> [Consulta: 20 febrero 2022].

Luciano [Pérez Platero], Arzobispo de Burgos, «Siluetas religiosas del Cid», Bol. Inst. Fernán González 34, 132 (1955) 615-621.

Montaner, Alberto (ed.), Cantar del Mio Cid (Clásicos de la Lengua Española), México: Real Academia Española / Academia Mexicana de la Lengua 12014.

Montaner Frutos, Alberto, «Argumento del poema medieval: destierro y honor resumen», Camino del Cid, <https://www.caminodelcid.org/cid-historia-leyenda/cantar-mio-cid/argumento/> [Consulta: 18 febrero 2022].

 



[1] Salvador Artuño Alea, «“En el nombre del Criador e del Apostol Santi Yagüe”. El trasfondo religioso del Poema de Myo Cid», Mar Oceana 22 (2007) 29-57.

[2] Tamara Alvarado H., «Cruzada y Reconquista a partir del Poema de Mío Cid: una lectura de las estructuras socio-políticas para los siglos XI-XIII», Anejos Estud. Clásicos Mediev. Renacent. – Santiago 1 (2011) 35-45.

[3] Caroline Trinity ByfieldEl Cid visigodo: tendencias arrianas en el Cantar de Mio Cid, Graduate Studies 2013. Doi:10.11575/PRISM/25852

[4] Artuño Alea, «“En el nombre del Criador e del Apostol Santi Yagüe”. El trasfondo religioso del Poema de Myo Cid». pp. 37-46. Cf. Arzobispo de Burgos Luciano [Pérez Platero], «Siluetas religiosas del Cid», Bol. Inst. Fernán González 34, 132 (1955) 615-621.

[5] Artuño Alea, «“En el nombre del Criador e del Apostol Santi Yagüe”. El trasfondo religioso del Poema de Myo Cid». pp. 32-37. Cf. Alvarado H., «Cruzada y Reconquista a partir del Poema de Mío Cid: una lectura de las estructuras socio-políticas para los siglos XI-XIII».

[6] Sigo la versión modernizada de Alberto Montaner (ed.), Cantar del Mio Cid. El fragmento Cantar I 18, 325-375.

06 julio 2021

“Archipiélago inverosímil”, la antología

“Archipiélago inverosímil”, la antología

LISTIN DIARIO. Ventana domingo, 04 de julio de 2021
Fausto A. Leonardo Henríquez
Madrid, España
 

Durante la 78ª Feria del Libro de Madrid 2019, siendo la República Dominicana el país invitado, en una conversación de café en el hotel donde se alojaba el editor y escritor Carlos Roberto Beras, estando presente el poeta Mayobanex Pérez y Fausto Leonardo Henríquez, surgió el proyecto de elaborar una obra literaria que pudiera dar cuenta de la existencia de los poetas asentados, no solo en España, sino también toda Europa. Carlos Roberto acogió la propuesta con su característico entusiasmo y el resultado solamente se hizo esperar, que no por mucho tiempo, por la crisis sanitaria mundial presente todavía.

MaMayobanex Pérez, Daniel Tejada y Fausto Leonardo Henríquez, pusieron en marcha un plan para contactar a los escritores diseminados por el continente europeo. El resultado fue notable. En esta antología se puede contar con la existencia de 17 poetas de ambos sexos, entre los que sobresalen 7 mujeres. De entre todas ellas, merece una mención especial la periodista, poeta y cuentista, Altagracia Pérez, fallecida en agosto de 2020 en la madurez de su producción literaria y, por supuesto, en la plenitud de su existencia.

Como contrapunto, quisiera decir que el escritor ecuatoriano-estadounidense, Dr. Álex Lima reflexiona sobre la realidad de los inmigrantes en el país de destino, pero a la vez sobre la realidad que dichos inmigrantes dejan en la tierra de origen. Por una parte, habla de des-territorialización para señalar el fenómeno de desarraigo, ruptura y separación que padecen quienes, independientemente de los motivos por los que deja su tierra natal, se instala en otro territorio del mundo. Por otra parte, habla también de re-territorialización para poner de relieve la recuperación de elementos propios del país natal. Esos elementos, según se desprende de su pensamiento, pueden ser lingüísticos o lexicales, topográfico o geográficos, costumbristas o populares, artesanales o artísticos, entre otros.

En la línea de lo que habla el Dr. Álex Lima, que es uno como nosotros, por cuanto reside en los Estados Unidos, quisiera decir que, efectivamente, esta antología –también se podría decir de las obras publicadas por diferentes dominicanos en España– da cuenta de la des-territorialización y re-territorialización de la comunidad dominicana en Europa. Toca a los estudiosos descubrir, además, cómo esta conceptualización se puede aplicar también a otros géneros literarios.

“Archipiélago inverosímil”, obra que hoy se pone en circulación, es un texto que puede ser considerado transdominicano por cuanto responde objetivamente al quehacer literario de la comunidad quisqueyana en el continente europeo. Es importante remarcar que esta antología tiene nuevos registros y nuevas voces de hombres y mujeres de las letras que han adquirido, sin perder las raíces, costumbres y valores que enriquecen su imaginario y su creatividad.

Con esta obra Isla Negra–Acudebi se abrazan en un proyecto común que, con seguridad, seguirá fortaleciéndose en el futuro. Si la FLM’19 dio un impulso creíble al quehacer de las letras dominicanas, uno de cuyos frutos es Archipiélago inverosímil, ¿no vamos a poder esperar otros frutos de diferentes géneros en los próximos años? Sin duda así será, con el favor del Altísimo.

El acto de presentación de la antología Archipiélago inverosímil, publicada bajo el sello de Isla Negra y Acudebi, tuvo lugar en el Centro de Participación e Integración de Inmigrantes de Tetuán, Madrid. Presidió el evento la periodista Doris Araujo, a la sazón presidenta de la asociación de Acudebi. Asimismo, la presentación de la obra estuvo a cargo de la escritora Ivonne Sánchez Barea. Carlos Roberto Beras, editor de Isla Negra subrayó la importancia de los autores agrupados en la antología.

Finalmente, Altagracia Pérez esperaba la publicación de esta antología con ansias. Justo es hacer un minuto de silencio en su memoria.

22 junio 2021

El transhumanismo como cultura del descarte, con Fausto Leonardo Henríqu...

21 marzo 2021

PARTICIPACIÓN EN EL DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA

21 de marzo de 2021. El Ministerio de Cultura de la República Dominicana, Regional Norte, con motivo del Día Mundial de la Poesía, convocó a poetas dominicanos radicados en diversas partes del planeta, a saber: Estados Unidos, Panamá, Puerto Rico, España, entre otros. De España participaron Ana María Céspedes, Rosa Silverio, Daniel Tejada, Mayobanex Pérez y Fausto Leonardo Henríquez. En las imágenes de abajo aparecen diferentes momentos del evento el cual pretendía remarcar el papel de la tecnología en tiempo de pandemia Covid'19. Acorde con esto, la jornada se caracterizó por la semipresencialidad (unos a la distancia y otros en el recinto cultural Regional Norte) con diferentes poetas y artistas. Domingo de la Cruz fue el principal organizador en República Dominicana. Mayobanez Pérez coordinó en España junto con Rosa Silverio.






(Ver a partir del min. 2:02:49 – 2:44:57)







 

24 febrero 2021

II FERIA DEL LIBRO DE LA CAFETERA

En el enlace de abajo podrás acceder a una lectura de poemas de diversos autores y, por supuesto, de mi propia cosecha. El video, siempre que tengas una cuenta, lo podrás ver en Facebook.



II Feria del Libro de La Cafetera



03 febrero 2021

POLIFONÍA LITERARIA, PEDAGÓGICA Y ARTÍSTICA - PLPA

Polifonía Literaria, Pedagógica y Artística (PLPA) es un programa mensual dirigido en línea por la Dra. Teonilda Madera a través de Zoom y luego publicado para uso público en YouTube. El equipo co-productor está formado por la Dra. Sintia Molina, Lic. Alberto Pérez y Dr. Fausto Leonardo Henríquez. PLPA es un espacio apolítico en el que tienen cabida diferentes manifestaciones de la cultura y el pensamiento en general. El término polifonía, término clave de PLPA, se emplea aquí para indicar que en este proyecto hallarán eco todas aquellas tonalidades y contrastes del quehacer humanístico.

PLPA tiene por objetivo dialogar e interactuar en directo mensualmente con escritores, profesores y artistas, entre otras figuras afines, que desarrollan su actividad profesional en diferentes países del mundo, contribuyendo al desarrollo humano y cultural del territorio que les acoge, pero también imprimiendo una nueva imagen del país de origen.

La misión de PLPA es acercar las figuras sobresalientes del ámbito humanista hispanohablante a otros escritores, pedagogos y artistas, así como poner a disposición de todos un banco audiovisual en línea –y en el futuro un material impreso– para provecho de investigadores, centros educativos, universidades y público en general. Las imágenes (capturas de pantalla) colocadas en esta página corresponden al programa realizado el 31 de enero 2021.  Fueron invitados el profesor emérito y humanista de fuste Dr. Ottavio DiCamilo y la poeta María Elena Blanco.

 Pincha este mismo enlace para que veas una muestra de PLPA. Para acceder a los diferentes programas, pincha aquí:  PLPA - YOUTUBE


Equipo PLPA

Dra. Teonilda Madera, directora

Dra. Sinta Molina, co-productora

Humanista Dr. Ottavio DiCamilo, invitado

Poeta María Elena Blanco, invitada




17 diciembre 2020

IV CONGRESO INTERNACIONAL: POETAS INTERIORISTAS DOMINICANOS

 

POETAS INTERIORISTAS DOMINICANOS

«Tras las sendas trascendentes de las letras»

CONFERENCIA PRONUNCIADA EN SAN LORENZO DE EL ESCORIAL

DEL 5-8 DE MAYO DE 2O11


Por Fausto-Antonio LEONARDO HENRÍQUEZ 

La égida de poetas interioristas de la república dominicana tiene como punto de partida a aquellos primeros vates que pusieron en marcha el motor que hoy se mueve y sigue moviendo, buena medida, el ámbito literario nacional e internacional. Ese motor, que es causa eficiente de la Poética Interior, recibe el nombre de Movimiento Interiorista.

La causa primera del Interiorismo, es decir el punto de partida de la estética interiorista lo situamos en julio de 1990 cuando un grupo de escritores, presididos por Bruno Rosario Candelier, signaron un nuevo quehacer en la creación literaria.

Si hablamos de causa, debemos hablar también de efectos. A partir de ese grupo de signatarios, que denomino motor primero, o si se quiere ‘bigbang’ interiorista, deviene la onda expansiva, los efectos de la nueva forma de ver y de hacer poético y literario en la República Dominicana; que después será conocido fuera de las fronteras de la isla dominicana.

El motor primero se ha movido y ha movido dando forma al «movimiento interiorista» y ensanchando la onda expansiva de su dinamismo por medio de grupos, talleres, tertulias o coloquios, recitales, conferencias, encuentros, publicación y presentación de antologías y de obras poéticas de los diferentes autores.

Si importante fue la causa primera no menos los efectos. Dicho con otras palabras, si importantes son los signatarios de la Poética Interior, no menos lo son quienes se han sumado, con el paso del tiempo, al Ideario Interiorista.

Vamos a acercarnos a la causa primera, es decir, a las obras, que es lo que más puede interesarnos, de los fundadores del Interiorismo. Me ciño solamente a los poetas que han producido, esto es, a los que han creído en los postulados interioristas y han publicado una o varias obras poéticas, independientemente de si hoy piensan o escriben siguiendo patrones diferentes.

Los principales interioristas de la primera generación son: Bruno Rosario Candelier; Frank Rosario; Julio Adames; Óscar de León Silverio; Pedro José Gris; Ramón Antonio Jiménez; Sally Rodríguez; José Acosta, Yky Tejada.

1.                  BRUNO ROSARIO CANDELIER. Se ha destacado, como es te muchos conocido, por el ensayo literario, la crítica y la promoción cultural, así como por la divulgación de la estética interiorista tanto dentro como fuera de la República Dominicana.

2. JOSÉ FRANK ROSARIO. Tiene ocho libros de poesía reunidos en un solo volumen titulado “Entre el polvo y la ceniza”. Escritor de oficio, poeta agudo e ingenioso. Concitado por el misterio de la vida, canta con vibrante tono. El entorno visible, el mundo material, es, para él, el lado débil de la verdadera realidad, la que no perciben nuestros ojos, pero sí nuestros sentidos interiores.


Íntimos improperios


Pienso en el río. Apenas

lo pienso

ya es otro río, otras aguas.

§

El universo es animal en expansión, dicen,

y que respira agazapado en sus constelaciones.

Animal es, ciertamente,

y por ello tenebroso. Basta ver cómo acecha

cada noche con sus infinitos ojos fijos,

con su mirada sin párpados.

§

Llamarte como se llama a una puerta: dando

golpes firmes sobre un madero muerto.

Y que respondas,

sea desde tu oscuro pasado o de tu porvenir

incierto. Nada más triste en la noche

que una voz batallando entre los huesos

de un cadáver de silencio.

§

Que me den la luz desesperada,

la imagen última que brilla en los ojos

de los moribundos.

Es el único recurso disponible

para saber cuán irrecuperable es la existencia.

§

Quien no sabe que a sí mismo

se pertenece es enemigo en el ruedo

es misterio corroído

es campana de falsos dobles

que extravía a los viajeros.

Es árbol de ambiguos frutos

es fuente en peligro constante

es aire contaminado.

Masa.

 

            3. JULIO ADAMES. La voz de Adames es una voz fundante, como la Manuel del Cabral o Moreno Jimenes. Lo es por su originalidad y porque su poesía imprime carácter, sacude, inquiere e interpela.

 

Huéspedes en la noche

(fragmento)


La noche. Esquirla de mi tumba.

Han crecido huéspedes en mi sueño.

Veo el ojo como se evapora una alborada.

Vuelan hojarascas.

No estoy despierto ni dormido.

Todo es una agitada respiración de ausencia…

Ando a tientas.

Exorcizando miedos se me han roto las manos.

Busco lo que se mueve como herido.

Oigo mis pasos en la ambigua meditación del Otro.

El huésped sobreviene a mi premura.

Como vacío. Como muerto.

Me acerco a la imprecisa neblina de mi padre a

y allí torno a respirar.

Su llanto es el oscuro zarpazo de los tigres.

Ojo espanto para besar un huésped

Que agoniza

Y pudre la palabra. Levitación del Ser.

Fiesta convulsa. Carne.

Aun siendo irreal el golpe acontece.

Voy a gritar.

Voy a dejar que las neblinas del huésped

Me abrume en sus placeres.

Un celaje.

Como medio borroso avizorar del ojo

a sus neblinas.

Algo anónimo crece. Se alza en vilo. Mata.

 

4. OSCAR DE LEÓN SILVERIO, Santiago de los Caballeros, República Dominicana, 1953. Hay personas dotadas para comunicar emociones poéticas interiores de gran calado. Esto, precisamente, es palpable en la creación de Óscar de León.

 

En la hondura del cosmos

 

Allí tengo mi rostro

el rostro verdadero

en la hondura del Cosmos

en lo alto del tiempo

más allá del rumor posible

de las cosas

de la lluvia sin voz

de la noche sin sombra

donde el cielo pesa

lo que pueden mis hombros

y la luz se piensa

en los remotos espejos

 

II


Allí tengo mis ojos de extraño lamento

y cada pájaro nace en mis manos desiertas

es un lugar profundo de sigilosas brumas

donde el eco devora los fueros del tiempo


III


Si lejos del mundo mi voz se rinde

por qué la noche procura mi aliento

suprimo el eco azul de mi llanto

ya no es hora de volver al grito

ni al sollozo impío de las cosas que arden

vivo en el ocaso de viejos abandonos

si aún quedan hábitos en mi rostro muerto

  

5. PEDRO JOSÉ GRIS. Poeta que ha impreso carácter al Interiorismo, tanto con su obra como con su pensamiento. Varios son los rasgos de la creación poética de Gris, a saber: la angustia metafísica, que se vierte en imágenes y símbolos que “revelan verdades profundas” y trascendentes; la sensualidad de los cuerpos, que le sirve de refugio a aquellas ansias del alma insatisfecha.

 

Oda a una piedra


Será el agua dura, el rocío intangible:

esta piedra

En la fragancia herida de este río

de aguas intocables

maduras el tiempo, el tiempo! su dureza:

materia fría, espuma detenida, silencio del planeta

Y sobre ti el río, con música y con muerte

el río, espantosa metáfora del tiempo

Antes que el hombre era la piedra

El Mar de la Sangre bañó esta piedra

Los colores desgarrantes de los primeros ocasos

hirieron hondamente tu agonía cerrada

Oh Piedra que no tienes en tu abismo memoria

Oh piedra de retorno y soledad

Piedra luz

luna y piedra!

El río, el río incesante te arranca del insomnio

esquirlas de sueños y pastores dormidos

en los ojos de ovejas, de duras ovejas

del pasado

Oh piedra sumergida en la angustia azul

del universo

Vuelves incesantemente como el mar y la vida

como una divinidad del recuerdo.

En ti las criaturas perpetuaron su sangre

 

6. RAMÓN ANTONIO JIMÉNEZ. El alma del poeta, suspendida en un hilo, entre sombras y neblinas, apenas con una llamita, se adentra en lo trascendente; lugar ese donde se solaza el convocado poeta quien, herido en su interior, sólo escucha los pasos del “Otro”.

 

Mansión de la noche

 

La ciudad ha muerto

Es la hora en que toda voz huye aterrada

lugar donde el ángel convoca

hasta la nostalgia el flamboyán

esa invicta sonrisa que apacigua la muerte

ese extraño acontecer que hiere al silencio

Aquí donde germina el lirio de la espera

sigiloso puñal que busca el costado del sueño

Todo tumulto de ausencias

propone la diadema de llanto

reclama la clarividencia del miedo

su signo de distancia erigida

Mirada los balcones de la tarde

colmados de miradas y gemidos

Cada pájaro es una ilusión errante

extraviada en la memoria del tiempo

He aquí los caminos conjurar el horizonte

el palpitante llamado a la derrotada mañana

el oráculo alucinado de la copa del instante

Que nadie simule el júbilo

en la danza del fuego de los espejos

Que nadie proclame la hipocresía del azahar

La lluvia no será jamás

el germen sonoro de los orígenes

ni estará en su aposento

el tierno temor de las palomas

Desde la cólera del relámpago

un dios ahuyenta las auroras

El mar es un bochorno

al tabernáculo del silencio

El ojo azul del cielo

ya no bebe la esperanza en el reflejo del rocío

el conquistado espacio en el párpado de la herida

Oh los astros arrodillados

en los labios de la noche

Oh la oscura efigie que desnuda el viento

 

7. MARIA DEL CARMEN RODRÍGUEZ LUNA (Sally Rodríguez). La poesía de Sally está impregnada de un lirismo sensual, cuya belleza brilla por sí sola. La juventud, deslumbrada por la tersura de los cuerpos, persigue el fuego que los consume de goce.

 

Luz de los cuerpos

Hoy
cerré los ojos y vi
una mujer ahogada
en paisaje encendido
El vuelo blanco sentí
de garzas en mis senos
Las voces de la mañana
se levantan
una muchacha corre
con un silencio florecido
en las entrañas.

Y los adolescentes se arrodillan
ante la luz de sus cuerpos

Hoy
no quiero morir
El tiempo resbala
en el cristal
y resbala en la luz.


8. JUAN ALBERTO TEJADA (Yky). Pocos poetas tienen la gracia de sentirse y ser tales. Pocos viven alterados anímicamente por el influjo de las musas. Tejada es uno de ellos.

 

Deseo de luz

Ciegos en su blancura
los lirios no tienen sombra

Sólo un deseo de luz
la razón fugaz
de alcanzar
por un relámpago el cielo

Pero algo
antes de ser flor
aroma
y rastro de amor
duele en los lirios
algo que paso a paso
sueña lo blando del ojo humano.

 

9. JOSÉ ACOSTA. Poiesis genuina la de Acosta, reveladora de los costados ocultos de la conciencia humana. Su poética metafísica –equiparable a mi juicio a la de Manuel del Cabral- constituye un aporte esencial a la Poética Interior y a la literatura dominicana.

 

Transformación

 

He escrito la palabra profundo

y ha nacido un pozo en mi papel

donde cabe el mundo. Cruzo el

lindero de la palabra y ya profundo

es una mancha donde se pierde la mirada.

Escribo agua y bebo. Sangre y lloro.

Hoy todo lo escrito ha buscado su efigie

su osadía de ser, su forma.

Y he aquí escribo hombre

y surge alguien que me besa.

Escribo Dios y algo se esconde

y mi papel simplemente tiembla.

 

10. GUILLERMO PÉREZ CASTILLO. El interiorismo de este poeta se caracteriza por su destellante intuición. Su capacidad de síntesis le permite lograr imágenes de una belleza extraordinaria. Va de lo aparentemente simple y llano, a lo profundo; de lo conocido a lo desconocido, o sea al misterio.

 

Encuentro con el lirio


Oh ablución del origen.

Este lirio derrama intimidad…

Oh blancura de la sombra

me insufla este aliento

este requiebro de cristal.

Flor desnuda en mis aguas

me adhieren las espumas

de este insondable acecho.

Las sombras se desnudan

en un ángel que no teme al fulgor.

Deshilo este misterio.

Asiendo a ti en cascadas

que invierten el murmullo.

Fluyo a tu morada.

Tiemblo en este atajo…

Lirio ungido,

inagotado lirio…

Oh Dios…

No sabes sonreír porque nunca has llorado.

La muerte que es párpado

cierra el azar.

Sólo la luz destimbra el velo

de la muerte que es sombra.

Por un instante el tiempo

es colisión en la prolijidad

y anulación del éxtasis.

El libro es perfume

pero el aroma es irreverente

en la muerte que no sabe

de unción sino de dispersión

y en el alma

el lirio está encerrado.

 

 

Acabamos de escuchar poemas de los primeros autores del Interiorismo. Todos ellos con consciencia de oficio y con un compromiso con el cultivo de las letras y el bello decir. Este es el grupo que he dado en llamar ‘bigbang interiorista’, el motor de la Poética Interior. Sin embargo, el movimiento causado por ese motor produjo sus efectos inmediatos en otros escritores del ámbito nacional y, después, del ámbito internacional.

 

Bajo mi punto de vista, los poetas dominicanos cuyas obras se asientan sobre los pilares del Interiorismo son los siguientes:

 

1. TULIO CORDERO. La experiencia humana, espiritual, contemplativa, se conjuga en toda la obra poética de Cordero, quien extrae la sustancia de las cosas pequeñas y nos hace pensar que hay un sentido profundo en ellas que debemos descubrir.

 

Búscame

Búscame Tú
como tus ojos de rocío.
Llámate Tú
con tu voz de paloma.
Sosténme Tú con tus manos de espigas.
Y ríeme
con tus dientes de lirio.
Mírame y cuídame Tú
que conoces ya todos los olvidos.
Búscame
Tú que sabes de memoria las puertas
(las has tocado todas)
Y ámame
con tu centro zaherido,
saltamontes de hiel,
de miel
y trigo.

2. ÁNGEL RIVERA JULIAO. La poesía de este poeta interiorista está llena de vibraciones que ponen de manifiesto, con creces, la capacidad e intuición de su persona. Construye su arte poética amparado en imágenes y símbolos de gran fuerza que, de seguro, nos van a producir el goce y la admiración que causa lo bello.

 

Raíz

¿Por qué huyes hacia lo oscuro
a construir distancias en la sombra?
¿Qué secreto amor te aleja de esta lumbre?
¿A quién le temes en estas lindes?
¿Por qué tu instinto de lombriz
si tu ámbito es el río
labrar tu laberinto de cuchillos
tu asedio de látigos sedientos?
¿Qué vientre te absorbe como cielo
y atrapa tu voz en el abismo?

Tu mensaje es recuerdo de semillas
artificio de dedos
entretejiendo la flor en el fondo
la búsqueda de tu propia simiente
el origen de tu árbol
los ojos de tu asombro.

 

3. CARMEN PÉREZ VALERIO. La gracia de la creación de Carmen reside en sublimar a la categoría de belleza todo lo que miran sus ojos y captan sus sentidos –los interiores sobre todo. Versos límpidos que anclan en lo profundo y nos dejan el agridulce sabor de sus vivencias interiores.

 

Rumor cotidiano (fragmento)

 

Tu presencia se multiplica en la tarde

en el hombre que duerme su dolor milenario

gusano que sueña con el ropaje del vuelo

Yo solo observo

el milagro al pie de la lluvia

ángeles jubilosos pariendo en la luz

ensayando su tacto en el pavimento

Me adentro al aposento de su olvido

masticando la huida

palpando el regreso

disonando el fuego de la imagen

De la tarde desquebrajada

asciende el soplo de las cosas

que reposan en su memoria

y hacen que me quede reflejada en tus ojos.

 

4. GÜIDO RIGGIO POU. La poesía de Pou pone de manifiesto a un aeda herido, sediento de trascendencia. Sus versos rastrean la certeza intangible de un mundo, que no sólo no fue, sino que existe aunque sea sólo reflejado en los espejos de las cosas.

 

Los espejos del tiempo

(framento)

 

Inmerso

en la soledad del espejo

escuchando

sus múltiples destellos

llorar en el cristal

su opaca muerte,

la brevedad,

el instante

de eso que llamamos vida

los que no vivimos

del otro lado del espejo.

 

5. ROBERTO JOSÉ ADAMES. La nada, la muerte y todas sus fuerzas misteriosas abruman la conciencia del poeta. Algo grande le dicen esas fuerzas, algo grande nos dice en sus versos.

 

Poema V

Una ventana me cabalga en el ojo
Y se bebe la nada.
Muertes se desparraman
En carbones de espacio
-Lo circular corrompe-
Llueven miedos
Y no tengo a dónde huir
Solo una ventana…
Una ventana
O más bien el olvido.

 

6. JAIME TATEM BRACHE. Su creación lleva, fundamentalmente, el sello de lo telúrico y lo metafísico. Poesía con fuerza, hondura y al mismo tiempo sincera, sin pose.

 

Tríptico de la lluvia



(I)

Ese sonido

-silencio de la eternidad-,

es el sonido de la lluvia cayendo sobre el mundo.

la lluvia confundida con la lluvia.

La lluvia caminando sobre el zinc.

La lluvia tocando los árboles

como puertas verdes y amarillas.

La lluvia aturdida con los sueños.

La lluvia dando de beber a la tierra

y a las piedras

y al asfalto.

La lluvia paseando por los caminos de tu voz.

La lluvia preguntando por los que se han ido

y, sin embargo, permanecen.

La lluvia erizándote la piel…

 

7. ARGELIA AYBAR.  Nos introduce en su mundo, el de los ángeles, sin sacarnos de nuestro universo particular humano y cotidiano.

 

Anúnciame el alba


Todo dolor fluye en tu agua.

Tu alma líquida me mira sin pudor desde el fondo oscuro

de tu pozo.

De tu terca vigilia,

de tu clara batalla con la sombra,

de mi luz herida,

sólo queda el recuerdo.

Aquí estoy,

en espera de la señal de tu definitiva disolución

en la nada.

Yo aguardo por un tránsito.

Anúnciame el alba

que mis llagas solicitan como alivio.

 

8. HENRY SANTOS LORA. Su lírica es de la más fresca creación interiorista. Su poesía apunta a la metafísica. Hay en su obra “Memoria de la tarde” armonía conceptual y belleza poética.

 

Incógnita

 

El ojo del tiempo vigila mis pasos,

Sombras absolutas me cubren mortalmente.

Preguntas selladas en cofres arrojados al océano

Se pierden en la nada.

Entonces,

Pregunto al silencio:

¿quién soy yo?

Habitáculo oscuro donde mi voz se apaga.

 

9. FAUSTO LEONARDO HENRIQUEZ. “n su lírica expresa la búsqueda de la armonía interior para canalizar el sentido de lo eterno. Su poesía desarrolla una empatía cósmica con vocación mística.”

 

Ínsula Presentida

 

59

Por mi humanidad sube un dolor
Que estremece mi casa.
Me retuerzo como el mar, como serpiente.
Oh dolor, ¿cuándo anclaste en este puerto
Y te quedaste ahogando mañanas?
Se agotaron las lágrimas,
No amanecen los hospitales.
Desciendo al útero donde el barro
Fue vida. Mujer infinita, en la humedad
Intemporal de la matriz
Engendraste el sacramento, el llanto
De la carne que tiembla,
Dile a mis pies que regresen
Al agua transparente, a la antigüedad
Esencial de la luz.

 

Al terminar este periplo sobre los interioristas dominicanos más sobresalientes, realizado a vuelo de pájaro, debo decir con verdad no he abarcado a la pléyade de poetas alineados con nuestra corriente literaria. Los que cito aquí, unos más y otros menos, ya tienen una trayectoria, un camino hecho en el ámbito de las letras dominicanas. Las nuevas generaciones interioristas harán lo suyo, sin duda, pero lo que interesa ahora hacernos una idea de lo fecunda que ha sido en el país la estética interiorista en las dos últimas décadas.

 El Movimiento Interiorista lleva 21 años robando el fuego a los dioses, creando nueva música con la lira de Orfeo. Cuánto ha costado llegar hasta aquí, hasta este mirador. Y es que, como dice el poeta Franklin Mieses Burgos:

 

«Nada vale en la tierra

si no ha sido amasado con nuestra propia sangre;

nada es útil al hombre,

si no sale de él por la piedad y el llanto». (Demonio de ceniza).

 

Muchas gracias.

Un bocado

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