POETAS INTERIORISTAS DOMINICANOS
«Tras las sendas trascendentes de las letras»
CONFERENCIA PRONUNCIADA EN SAN LORENZO DE EL ESCORIAL
DEL 5-8 DE MAYO DE 2O11
Por Fausto-Antonio LEONARDO HENRÍQUEZ
La égida de poetas interioristas de la república dominicana tiene como punto de partida a aquellos primeros vates que pusieron en marcha el motor que hoy se mueve y sigue moviendo, buena medida, el ámbito literario nacional e internacional. Ese motor, que es causa eficiente de la Poética Interior, recibe el nombre de Movimiento Interiorista.
La causa primera del Interiorismo, es decir el punto de partida de la estética interiorista lo situamos en julio de 1990 cuando un grupo de escritores, presididos por Bruno Rosario Candelier, signaron un nuevo quehacer en la creación literaria.
Si hablamos de causa, debemos hablar también de efectos. A partir de ese grupo de signatarios, que denomino motor primero, o si se quiere ‘bigbang’ interiorista, deviene la onda expansiva, los efectos de la nueva forma de ver y de hacer poético y literario en la República Dominicana; que después será conocido fuera de las fronteras de la isla dominicana.
El motor primero se ha movido y ha movido dando forma al «movimiento interiorista» y ensanchando la onda expansiva de su dinamismo por medio de grupos, talleres, tertulias o coloquios, recitales, conferencias, encuentros, publicación y presentación de antologías y de obras poéticas de los diferentes autores.
Si importante fue la causa primera no menos los efectos. Dicho con otras palabras, si importantes son los signatarios de la Poética Interior, no menos lo son quienes se han sumado, con el paso del tiempo, al Ideario Interiorista.
Vamos a acercarnos a la causa primera, es decir, a las obras, que es lo que más puede interesarnos, de los fundadores del Interiorismo. Me ciño solamente a los poetas que han producido, esto es, a los que han creído en los postulados interioristas y han publicado una o varias obras poéticas, independientemente de si hoy piensan o escriben siguiendo patrones diferentes.
Los principales interioristas de la primera generación son: Bruno Rosario Candelier; Frank Rosario; Julio Adames; Óscar de León Silverio; Pedro José Gris; Ramón Antonio Jiménez; Sally Rodríguez; José Acosta, Yky Tejada.
1. BRUNO ROSARIO CANDELIER. Se ha destacado, como es te muchos conocido, por el ensayo literario, la crítica y la promoción cultural, así como por la divulgación de la estética interiorista tanto dentro como fuera de la República Dominicana.
2. JOSÉ FRANK ROSARIO. Tiene ocho libros de poesía reunidos en un solo volumen titulado “Entre el polvo y la ceniza”. Escritor de oficio, poeta agudo e ingenioso. Concitado por el misterio de la vida, canta con vibrante tono. El entorno visible, el mundo material, es, para él, el lado débil de la verdadera realidad, la que no perciben nuestros ojos, pero sí nuestros sentidos interiores.
Íntimos improperios
Pienso en el río. Apenas
lo pienso
ya es otro río, otras aguas.
§
El universo es animal en expansión, dicen,
y que respira agazapado en sus constelaciones.
Animal es, ciertamente,
y por ello tenebroso. Basta ver cómo acecha
cada noche con sus infinitos ojos fijos,
con su mirada sin párpados.
§
Llamarte como se llama a una puerta: dando
golpes firmes sobre un madero muerto.
Y que respondas,
sea desde tu oscuro pasado o de tu porvenir
incierto. Nada más triste en la noche
que una voz batallando entre los huesos
de un cadáver de silencio.
§
Que me den la luz desesperada,
la imagen última que brilla en los ojos
de los moribundos.
Es el único recurso disponible
para saber cuán irrecuperable es la existencia.
§
Quien no sabe que a sí mismo
se pertenece es enemigo en el ruedo
es misterio corroído
es campana de falsos dobles
que extravía a los viajeros.
Es árbol de ambiguos frutos
es fuente en peligro constante
es aire contaminado.
Masa.
3. JULIO ADAMES. La voz de Adames es una voz fundante, como la Manuel del Cabral o Moreno Jimenes. Lo es por su originalidad y porque su poesía imprime carácter, sacude, inquiere e interpela.
Huéspedes en la noche
(fragmento)
La noche. Esquirla de mi tumba.
Han crecido huéspedes en mi sueño.
Veo el ojo como se evapora una alborada.
Vuelan hojarascas.
No estoy despierto ni dormido.
Todo es una agitada respiración de ausencia…
Ando a tientas.
Exorcizando miedos se me han roto las manos.
Busco lo que se mueve como herido.
Oigo mis pasos en la ambigua meditación del Otro.
El huésped sobreviene a mi premura.
Como vacío. Como muerto.
Me acerco a la imprecisa neblina de mi padre a
y allí torno a respirar.
Su llanto es el oscuro zarpazo de los tigres.
Ojo espanto para besar un huésped
Que agoniza
Y pudre la palabra. Levitación del Ser.
Fiesta convulsa. Carne.
Aun siendo irreal el golpe acontece.
Voy a gritar.
Voy a dejar que las neblinas del huésped
Me abrume en sus placeres.
Un celaje.
Como medio borroso avizorar del ojo
a sus neblinas.
Algo anónimo crece. Se alza en vilo. Mata.
4. OSCAR DE LEÓN SILVERIO, Santiago de los Caballeros, República Dominicana, 1953. Hay personas dotadas para comunicar emociones poéticas interiores de gran calado. Esto, precisamente, es palpable en la creación de Óscar de León.
En la hondura del cosmos
Allí tengo mi rostro
el rostro verdadero
en la hondura del Cosmos
en lo alto del tiempo
más allá del rumor posible
de las cosas
de la lluvia sin voz
de la noche sin sombra
donde el cielo pesa
lo que pueden mis hombros
y la luz se piensa
en los remotos espejos
II
Allí tengo mis ojos de extraño lamento
y cada pájaro nace en mis manos desiertas
es un lugar profundo de sigilosas brumas
donde el eco devora los fueros del tiempo
III
Si lejos del mundo mi voz se rinde
por qué la noche procura mi aliento
suprimo el eco azul de mi llanto
ya no es hora de volver al grito
ni al sollozo impío de las cosas que arden
vivo en el ocaso de viejos abandonos
si aún quedan hábitos en mi rostro muerto
5. PEDRO JOSÉ GRIS. Poeta que ha impreso carácter al Interiorismo, tanto con su obra como con su pensamiento. Varios son los rasgos de la creación poética de Gris, a saber: la angustia metafísica, que se vierte en imágenes y símbolos que “revelan verdades profundas” y trascendentes; la sensualidad de los cuerpos, que le sirve de refugio a aquellas ansias del alma insatisfecha.
Oda a una piedra
Será el agua dura, el rocío intangible:
esta piedra
En la fragancia herida de este río
de aguas intocables
maduras el tiempo, el tiempo! su dureza:
materia fría, espuma detenida, silencio del planeta
Y sobre ti el río, con música y con muerte
el río, espantosa metáfora del tiempo
Antes que el hombre era la piedra
El Mar de la Sangre bañó esta piedra
Los colores desgarrantes de los primeros ocasos
hirieron hondamente tu agonía cerrada
Oh Piedra que no tienes en tu abismo memoria
Oh piedra de retorno y soledad
Piedra luz
luna y piedra!
El río, el río incesante te arranca del insomnio
esquirlas de sueños y pastores dormidos
en los ojos de ovejas, de duras ovejas
del pasado
Oh piedra sumergida en la angustia azul
del universo
Vuelves incesantemente como el mar y la vida
como una divinidad del recuerdo.
En ti las criaturas perpetuaron su sangre
6. RAMÓN ANTONIO JIMÉNEZ. El alma del poeta, suspendida en un hilo, entre sombras y neblinas, apenas con una llamita, se adentra en lo trascendente; lugar ese donde se solaza el convocado poeta quien, herido en su interior, sólo escucha los pasos del “Otro”.
Mansión de la noche
La ciudad ha muerto
Es la hora en que toda voz huye aterrada
lugar donde el ángel convoca
hasta la nostalgia el flamboyán
esa invicta sonrisa que apacigua la muerte
ese extraño acontecer que hiere al silencio
Aquí donde germina el lirio de la espera
sigiloso puñal que busca el costado del sueño
Todo tumulto de ausencias
propone la diadema de llanto
reclama la clarividencia del miedo
su signo de distancia erigida
Mirada los balcones de la tarde
colmados de miradas y gemidos
Cada pájaro es una ilusión errante
extraviada en la memoria del tiempo
He aquí los caminos conjurar el horizonte
el palpitante llamado a la derrotada mañana
el oráculo alucinado de la copa del instante
Que nadie simule el júbilo
en la danza del fuego de los espejos
Que nadie proclame la hipocresía del azahar
La lluvia no será jamás
el germen sonoro de los orígenes
ni estará en su aposento
el tierno temor de las palomas
Desde la cólera del relámpago
un dios ahuyenta las auroras
El mar es un bochorno
al tabernáculo del silencio
El ojo azul del cielo
ya no bebe la esperanza en el reflejo del rocío
el conquistado espacio en el párpado de la herida
Oh los astros arrodillados
en los labios de la noche
Oh la oscura efigie que desnuda el viento
7. MARIA DEL CARMEN RODRÍGUEZ LUNA (Sally Rodríguez). La poesía de Sally está impregnada de un lirismo sensual, cuya belleza brilla por sí sola. La juventud, deslumbrada por la tersura de los cuerpos, persigue el fuego que los consume de goce.
Luz de los cuerpos
Hoy
cerré los ojos y vi
una mujer ahogada
en paisaje encendido
El vuelo blanco sentí
de garzas en mis senos
Las voces de la mañana
se levantan
una muchacha corre
con un silencio florecido
en las entrañas.
Y los adolescentes se arrodillan
ante la luz de sus cuerpos
Hoy
no quiero morir
El tiempo resbala
en el cristal
y resbala en la luz.
8. JUAN ALBERTO TEJADA (Yky). Pocos poetas tienen la gracia de sentirse y ser tales. Pocos viven alterados anímicamente por el influjo de las musas. Tejada es uno de ellos.
Deseo de luz
Ciegos en su blancura
los lirios no tienen sombra
Sólo un deseo de luz
la razón fugaz
de alcanzar
por un relámpago el cielo
Pero algo
antes de ser flor
aroma
y rastro de amor
duele en los lirios
algo que paso a paso
sueña lo blando del ojo humano.
9. JOSÉ ACOSTA. Poiesis genuina la de Acosta, reveladora de los costados ocultos de la conciencia humana. Su poética metafísica –equiparable a mi juicio a la de Manuel del Cabral- constituye un aporte esencial a la Poética Interior y a la literatura dominicana.
Transformación
He escrito la palabra profundo
y ha nacido un pozo en mi papel
donde cabe el mundo. Cruzo el
lindero de la palabra y ya profundo
es una mancha donde se pierde la mirada.
Escribo agua y bebo. Sangre y lloro.
Hoy todo lo escrito ha buscado su efigie
su osadía de ser, su forma.
Y he aquí escribo hombre
y surge alguien que me besa.
Escribo Dios y algo se esconde
y mi papel simplemente tiembla.
10. GUILLERMO PÉREZ CASTILLO. El interiorismo de este poeta se caracteriza por su destellante intuición. Su capacidad de síntesis le permite lograr imágenes de una belleza extraordinaria. Va de lo aparentemente simple y llano, a lo profundo; de lo conocido a lo desconocido, o sea al misterio.
Encuentro con el lirio
Oh ablución del origen.
Este lirio derrama intimidad…
Oh blancura de la sombra
me insufla este aliento
este requiebro de cristal.
Flor desnuda en mis aguas
me adhieren las espumas
de este insondable acecho.
Las sombras se desnudan
en un ángel que no teme al fulgor.
Deshilo este misterio.
Asiendo a ti en cascadas
que invierten el murmullo.
Fluyo a tu morada.
Tiemblo en este atajo…
Lirio ungido,
inagotado lirio…
Oh Dios…
No sabes sonreír porque nunca has llorado.
La muerte que es párpado
cierra el azar.
Sólo la luz destimbra el velo
de la muerte que es sombra.
Por un instante el tiempo
es colisión en la prolijidad
y anulación del éxtasis.
El libro es perfume
pero el aroma es irreverente
en la muerte que no sabe
de unción sino de dispersión
y en el alma
el lirio está encerrado.
Acabamos de escuchar poemas de los primeros autores del Interiorismo. Todos ellos con consciencia de oficio y con un compromiso con el cultivo de las letras y el bello decir. Este es el grupo que he dado en llamar ‘bigbang interiorista’, el motor de la Poética Interior. Sin embargo, el movimiento causado por ese motor produjo sus efectos inmediatos en otros escritores del ámbito nacional y, después, del ámbito internacional.
Bajo mi punto de vista, los poetas dominicanos cuyas obras se asientan sobre los pilares del Interiorismo son los siguientes:
1. TULIO CORDERO. La experiencia humana, espiritual, contemplativa, se conjuga en toda la obra poética de Cordero, quien extrae la sustancia de las cosas pequeñas y nos hace pensar que hay un sentido profundo en ellas que debemos descubrir.
Búscame
Búscame Tú
como tus ojos de rocío.
Llámate Tú
con tu voz de paloma.
Sosténme Tú con tus manos de espigas.
Y ríeme
con tus dientes de lirio.
Mírame y cuídame Tú
que conoces ya todos los olvidos.
Búscame
Tú que sabes de memoria las puertas
(las has tocado todas)
Y ámame
con tu centro zaherido,
saltamontes de hiel,
de miel
y trigo.
2. ÁNGEL RIVERA JULIAO. La poesía de este poeta interiorista está llena de vibraciones que ponen de manifiesto, con creces, la capacidad e intuición de su persona. Construye su arte poética amparado en imágenes y símbolos de gran fuerza que, de seguro, nos van a producir el goce y la admiración que causa lo bello.
Raíz
¿Por qué huyes hacia lo oscuro
a construir distancias en la sombra?
¿Qué secreto amor te aleja de esta lumbre?
¿A quién le temes en estas lindes?
¿Por qué tu instinto de lombriz
si tu ámbito es el río
labrar tu laberinto de cuchillos
tu asedio de látigos sedientos?
¿Qué vientre te absorbe como cielo
y atrapa tu voz en el abismo?
Tu mensaje es recuerdo de semillas
artificio de dedos
entretejiendo la flor en el fondo
la búsqueda de tu propia simiente
el origen de tu árbol
los ojos de tu asombro.
3. CARMEN PÉREZ VALERIO. La gracia de la creación de Carmen reside en sublimar a la categoría de belleza todo lo que miran sus ojos y captan sus sentidos –los interiores sobre todo. Versos límpidos que anclan en lo profundo y nos dejan el agridulce sabor de sus vivencias interiores.
Rumor cotidiano (fragmento)
Tu presencia se multiplica en la tarde
en el hombre que duerme su dolor milenario
gusano que sueña con el ropaje del vuelo
Yo solo observo
el milagro al pie de la lluvia
ángeles jubilosos pariendo en la luz
ensayando su tacto en el pavimento
Me adentro al aposento de su olvido
masticando la huida
palpando el regreso
disonando el fuego de la imagen
De la tarde desquebrajada
asciende el soplo de las cosas
que reposan en su memoria
y hacen que me quede reflejada en tus ojos.
4. GÜIDO RIGGIO POU. La poesía de Pou pone de manifiesto a un aeda herido, sediento de trascendencia. Sus versos rastrean la certeza intangible de un mundo, que no sólo no fue, sino que existe aunque sea sólo reflejado en los espejos de las cosas.
Los espejos del tiempo
(framento)
Inmerso
en la soledad del espejo
escuchando
sus múltiples destellos
llorar en el cristal
su opaca muerte,
la brevedad,
el instante
de eso que llamamos vida
los que no vivimos
del otro lado del espejo.
5. ROBERTO JOSÉ ADAMES. La nada, la muerte y todas sus fuerzas misteriosas abruman la conciencia del poeta. Algo grande le dicen esas fuerzas, algo grande nos dice en sus versos.
Poema V
Una ventana me cabalga en el ojo
Y se bebe la nada.
Muertes se desparraman
En carbones de espacio
-Lo circular corrompe-
Llueven miedos
Y no tengo a dónde huir
Solo una ventana…
Una ventana
O más bien el olvido.
6. JAIME TATEM BRACHE. Su creación lleva, fundamentalmente, el sello de lo telúrico y lo metafísico. Poesía con fuerza, hondura y al mismo tiempo sincera, sin pose.
Tríptico de la lluvia
(I)
Ese sonido
-silencio de la eternidad-,
es el sonido de la lluvia cayendo sobre el mundo.
la lluvia confundida con la lluvia.
La lluvia caminando sobre el zinc.
La lluvia tocando los árboles
como puertas verdes y amarillas.
La lluvia aturdida con los sueños.
La lluvia dando de beber a la tierra
y a las piedras
y al asfalto.
La lluvia paseando por los caminos de tu voz.
La lluvia preguntando por los que se han ido
y, sin embargo, permanecen.
La lluvia erizándote la piel…
7. ARGELIA AYBAR. Nos introduce en su mundo, el de los ángeles, sin sacarnos de nuestro universo particular humano y cotidiano.
Anúnciame el alba
Todo dolor fluye en tu agua.
Tu alma líquida me mira sin pudor desde el fondo oscuro
de tu pozo.
De tu terca vigilia,
de tu clara batalla con la sombra,
de mi luz herida,
sólo queda el recuerdo.
Aquí estoy,
en espera de la señal de tu definitiva disolución
en la nada.
Yo aguardo por un tránsito.
Anúnciame el alba
que mis llagas solicitan como alivio.
8. HENRY SANTOS LORA. Su lírica es de la más fresca creación interiorista. Su poesía apunta a la metafísica. Hay en su obra “Memoria de la tarde” armonía conceptual y belleza poética.
Incógnita
El ojo del tiempo vigila mis pasos,
Sombras absolutas me cubren mortalmente.
Preguntas selladas en cofres arrojados al océano
Se pierden en la nada.
Entonces,
Pregunto al silencio:
¿quién soy yo?
Habitáculo oscuro donde mi voz se apaga.
9. FAUSTO LEONARDO HENRIQUEZ. “n su lírica expresa la búsqueda de la armonía interior para canalizar el sentido de lo eterno. Su poesía desarrolla una empatía cósmica con vocación mística.”
Ínsula Presentida
59
Por mi humanidad sube un dolor
Que estremece mi casa.
Me retuerzo como el mar, como serpiente.
Oh dolor, ¿cuándo anclaste en este puerto
Y te quedaste ahogando mañanas?
Se agotaron las lágrimas,
No amanecen los hospitales.
Desciendo al útero donde el barro
Fue vida. Mujer infinita, en la humedad
Intemporal de la matriz
Engendraste el sacramento, el llanto
De la carne que tiembla,
Dile a mis pies que regresen
Al agua transparente, a la antigüedad
Esencial de la luz.
Al terminar este periplo sobre los interioristas dominicanos más sobresalientes, realizado a vuelo de pájaro, debo decir con verdad no he abarcado a la pléyade de poetas alineados con nuestra corriente literaria. Los que cito aquí, unos más y otros menos, ya tienen una trayectoria, un camino hecho en el ámbito de las letras dominicanas. Las nuevas generaciones interioristas harán lo suyo, sin duda, pero lo que interesa ahora hacernos una idea de lo fecunda que ha sido en el país la estética interiorista en las dos últimas décadas.
El Movimiento Interiorista lleva 21 años robando el fuego a los dioses, creando nueva música con la lira de Orfeo. Cuánto ha costado llegar hasta aquí, hasta este mirador. Y es que, como dice el poeta Franklin Mieses Burgos:
«Nada vale en la tierra
si no ha sido amasado con nuestra propia sangre;
nada es útil al hombre,
si no sale de él por la piedad y el llanto». (Demonio de ceniza).
Muchas gracias.
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