17 diciembre 2020

IV CONGRESO INTERNACIONAL: POETAS INTERIORISTAS DOMINICANOS

 

POETAS INTERIORISTAS DOMINICANOS

«Tras las sendas trascendentes de las letras»

CONFERENCIA PRONUNCIADA EN SAN LORENZO DE EL ESCORIAL

DEL 5-8 DE MAYO DE 2O11


Por Fausto-Antonio LEONARDO HENRÍQUEZ 

La égida de poetas interioristas de la república dominicana tiene como punto de partida a aquellos primeros vates que pusieron en marcha el motor que hoy se mueve y sigue moviendo, buena medida, el ámbito literario nacional e internacional. Ese motor, que es causa eficiente de la Poética Interior, recibe el nombre de Movimiento Interiorista.

La causa primera del Interiorismo, es decir el punto de partida de la estética interiorista lo situamos en julio de 1990 cuando un grupo de escritores, presididos por Bruno Rosario Candelier, signaron un nuevo quehacer en la creación literaria.

Si hablamos de causa, debemos hablar también de efectos. A partir de ese grupo de signatarios, que denomino motor primero, o si se quiere ‘bigbang’ interiorista, deviene la onda expansiva, los efectos de la nueva forma de ver y de hacer poético y literario en la República Dominicana; que después será conocido fuera de las fronteras de la isla dominicana.

El motor primero se ha movido y ha movido dando forma al «movimiento interiorista» y ensanchando la onda expansiva de su dinamismo por medio de grupos, talleres, tertulias o coloquios, recitales, conferencias, encuentros, publicación y presentación de antologías y de obras poéticas de los diferentes autores.

Si importante fue la causa primera no menos los efectos. Dicho con otras palabras, si importantes son los signatarios de la Poética Interior, no menos lo son quienes se han sumado, con el paso del tiempo, al Ideario Interiorista.

Vamos a acercarnos a la causa primera, es decir, a las obras, que es lo que más puede interesarnos, de los fundadores del Interiorismo. Me ciño solamente a los poetas que han producido, esto es, a los que han creído en los postulados interioristas y han publicado una o varias obras poéticas, independientemente de si hoy piensan o escriben siguiendo patrones diferentes.

Los principales interioristas de la primera generación son: Bruno Rosario Candelier; Frank Rosario; Julio Adames; Óscar de León Silverio; Pedro José Gris; Ramón Antonio Jiménez; Sally Rodríguez; José Acosta, Yky Tejada.

1.                  BRUNO ROSARIO CANDELIER. Se ha destacado, como es te muchos conocido, por el ensayo literario, la crítica y la promoción cultural, así como por la divulgación de la estética interiorista tanto dentro como fuera de la República Dominicana.

2. JOSÉ FRANK ROSARIO. Tiene ocho libros de poesía reunidos en un solo volumen titulado “Entre el polvo y la ceniza”. Escritor de oficio, poeta agudo e ingenioso. Concitado por el misterio de la vida, canta con vibrante tono. El entorno visible, el mundo material, es, para él, el lado débil de la verdadera realidad, la que no perciben nuestros ojos, pero sí nuestros sentidos interiores.


Íntimos improperios


Pienso en el río. Apenas

lo pienso

ya es otro río, otras aguas.

§

El universo es animal en expansión, dicen,

y que respira agazapado en sus constelaciones.

Animal es, ciertamente,

y por ello tenebroso. Basta ver cómo acecha

cada noche con sus infinitos ojos fijos,

con su mirada sin párpados.

§

Llamarte como se llama a una puerta: dando

golpes firmes sobre un madero muerto.

Y que respondas,

sea desde tu oscuro pasado o de tu porvenir

incierto. Nada más triste en la noche

que una voz batallando entre los huesos

de un cadáver de silencio.

§

Que me den la luz desesperada,

la imagen última que brilla en los ojos

de los moribundos.

Es el único recurso disponible

para saber cuán irrecuperable es la existencia.

§

Quien no sabe que a sí mismo

se pertenece es enemigo en el ruedo

es misterio corroído

es campana de falsos dobles

que extravía a los viajeros.

Es árbol de ambiguos frutos

es fuente en peligro constante

es aire contaminado.

Masa.

 

            3. JULIO ADAMES. La voz de Adames es una voz fundante, como la Manuel del Cabral o Moreno Jimenes. Lo es por su originalidad y porque su poesía imprime carácter, sacude, inquiere e interpela.

 

Huéspedes en la noche

(fragmento)


La noche. Esquirla de mi tumba.

Han crecido huéspedes en mi sueño.

Veo el ojo como se evapora una alborada.

Vuelan hojarascas.

No estoy despierto ni dormido.

Todo es una agitada respiración de ausencia…

Ando a tientas.

Exorcizando miedos se me han roto las manos.

Busco lo que se mueve como herido.

Oigo mis pasos en la ambigua meditación del Otro.

El huésped sobreviene a mi premura.

Como vacío. Como muerto.

Me acerco a la imprecisa neblina de mi padre a

y allí torno a respirar.

Su llanto es el oscuro zarpazo de los tigres.

Ojo espanto para besar un huésped

Que agoniza

Y pudre la palabra. Levitación del Ser.

Fiesta convulsa. Carne.

Aun siendo irreal el golpe acontece.

Voy a gritar.

Voy a dejar que las neblinas del huésped

Me abrume en sus placeres.

Un celaje.

Como medio borroso avizorar del ojo

a sus neblinas.

Algo anónimo crece. Se alza en vilo. Mata.

 

4. OSCAR DE LEÓN SILVERIO, Santiago de los Caballeros, República Dominicana, 1953. Hay personas dotadas para comunicar emociones poéticas interiores de gran calado. Esto, precisamente, es palpable en la creación de Óscar de León.

 

En la hondura del cosmos

 

Allí tengo mi rostro

el rostro verdadero

en la hondura del Cosmos

en lo alto del tiempo

más allá del rumor posible

de las cosas

de la lluvia sin voz

de la noche sin sombra

donde el cielo pesa

lo que pueden mis hombros

y la luz se piensa

en los remotos espejos

 

II


Allí tengo mis ojos de extraño lamento

y cada pájaro nace en mis manos desiertas

es un lugar profundo de sigilosas brumas

donde el eco devora los fueros del tiempo


III


Si lejos del mundo mi voz se rinde

por qué la noche procura mi aliento

suprimo el eco azul de mi llanto

ya no es hora de volver al grito

ni al sollozo impío de las cosas que arden

vivo en el ocaso de viejos abandonos

si aún quedan hábitos en mi rostro muerto

  

5. PEDRO JOSÉ GRIS. Poeta que ha impreso carácter al Interiorismo, tanto con su obra como con su pensamiento. Varios son los rasgos de la creación poética de Gris, a saber: la angustia metafísica, que se vierte en imágenes y símbolos que “revelan verdades profundas” y trascendentes; la sensualidad de los cuerpos, que le sirve de refugio a aquellas ansias del alma insatisfecha.

 

Oda a una piedra


Será el agua dura, el rocío intangible:

esta piedra

En la fragancia herida de este río

de aguas intocables

maduras el tiempo, el tiempo! su dureza:

materia fría, espuma detenida, silencio del planeta

Y sobre ti el río, con música y con muerte

el río, espantosa metáfora del tiempo

Antes que el hombre era la piedra

El Mar de la Sangre bañó esta piedra

Los colores desgarrantes de los primeros ocasos

hirieron hondamente tu agonía cerrada

Oh Piedra que no tienes en tu abismo memoria

Oh piedra de retorno y soledad

Piedra luz

luna y piedra!

El río, el río incesante te arranca del insomnio

esquirlas de sueños y pastores dormidos

en los ojos de ovejas, de duras ovejas

del pasado

Oh piedra sumergida en la angustia azul

del universo

Vuelves incesantemente como el mar y la vida

como una divinidad del recuerdo.

En ti las criaturas perpetuaron su sangre

 

6. RAMÓN ANTONIO JIMÉNEZ. El alma del poeta, suspendida en un hilo, entre sombras y neblinas, apenas con una llamita, se adentra en lo trascendente; lugar ese donde se solaza el convocado poeta quien, herido en su interior, sólo escucha los pasos del “Otro”.

 

Mansión de la noche

 

La ciudad ha muerto

Es la hora en que toda voz huye aterrada

lugar donde el ángel convoca

hasta la nostalgia el flamboyán

esa invicta sonrisa que apacigua la muerte

ese extraño acontecer que hiere al silencio

Aquí donde germina el lirio de la espera

sigiloso puñal que busca el costado del sueño

Todo tumulto de ausencias

propone la diadema de llanto

reclama la clarividencia del miedo

su signo de distancia erigida

Mirada los balcones de la tarde

colmados de miradas y gemidos

Cada pájaro es una ilusión errante

extraviada en la memoria del tiempo

He aquí los caminos conjurar el horizonte

el palpitante llamado a la derrotada mañana

el oráculo alucinado de la copa del instante

Que nadie simule el júbilo

en la danza del fuego de los espejos

Que nadie proclame la hipocresía del azahar

La lluvia no será jamás

el germen sonoro de los orígenes

ni estará en su aposento

el tierno temor de las palomas

Desde la cólera del relámpago

un dios ahuyenta las auroras

El mar es un bochorno

al tabernáculo del silencio

El ojo azul del cielo

ya no bebe la esperanza en el reflejo del rocío

el conquistado espacio en el párpado de la herida

Oh los astros arrodillados

en los labios de la noche

Oh la oscura efigie que desnuda el viento

 

7. MARIA DEL CARMEN RODRÍGUEZ LUNA (Sally Rodríguez). La poesía de Sally está impregnada de un lirismo sensual, cuya belleza brilla por sí sola. La juventud, deslumbrada por la tersura de los cuerpos, persigue el fuego que los consume de goce.

 

Luz de los cuerpos

Hoy
cerré los ojos y vi
una mujer ahogada
en paisaje encendido
El vuelo blanco sentí
de garzas en mis senos
Las voces de la mañana
se levantan
una muchacha corre
con un silencio florecido
en las entrañas.

Y los adolescentes se arrodillan
ante la luz de sus cuerpos

Hoy
no quiero morir
El tiempo resbala
en el cristal
y resbala en la luz.


8. JUAN ALBERTO TEJADA (Yky). Pocos poetas tienen la gracia de sentirse y ser tales. Pocos viven alterados anímicamente por el influjo de las musas. Tejada es uno de ellos.

 

Deseo de luz

Ciegos en su blancura
los lirios no tienen sombra

Sólo un deseo de luz
la razón fugaz
de alcanzar
por un relámpago el cielo

Pero algo
antes de ser flor
aroma
y rastro de amor
duele en los lirios
algo que paso a paso
sueña lo blando del ojo humano.

 

9. JOSÉ ACOSTA. Poiesis genuina la de Acosta, reveladora de los costados ocultos de la conciencia humana. Su poética metafísica –equiparable a mi juicio a la de Manuel del Cabral- constituye un aporte esencial a la Poética Interior y a la literatura dominicana.

 

Transformación

 

He escrito la palabra profundo

y ha nacido un pozo en mi papel

donde cabe el mundo. Cruzo el

lindero de la palabra y ya profundo

es una mancha donde se pierde la mirada.

Escribo agua y bebo. Sangre y lloro.

Hoy todo lo escrito ha buscado su efigie

su osadía de ser, su forma.

Y he aquí escribo hombre

y surge alguien que me besa.

Escribo Dios y algo se esconde

y mi papel simplemente tiembla.

 

10. GUILLERMO PÉREZ CASTILLO. El interiorismo de este poeta se caracteriza por su destellante intuición. Su capacidad de síntesis le permite lograr imágenes de una belleza extraordinaria. Va de lo aparentemente simple y llano, a lo profundo; de lo conocido a lo desconocido, o sea al misterio.

 

Encuentro con el lirio


Oh ablución del origen.

Este lirio derrama intimidad…

Oh blancura de la sombra

me insufla este aliento

este requiebro de cristal.

Flor desnuda en mis aguas

me adhieren las espumas

de este insondable acecho.

Las sombras se desnudan

en un ángel que no teme al fulgor.

Deshilo este misterio.

Asiendo a ti en cascadas

que invierten el murmullo.

Fluyo a tu morada.

Tiemblo en este atajo…

Lirio ungido,

inagotado lirio…

Oh Dios…

No sabes sonreír porque nunca has llorado.

La muerte que es párpado

cierra el azar.

Sólo la luz destimbra el velo

de la muerte que es sombra.

Por un instante el tiempo

es colisión en la prolijidad

y anulación del éxtasis.

El libro es perfume

pero el aroma es irreverente

en la muerte que no sabe

de unción sino de dispersión

y en el alma

el lirio está encerrado.

 

 

Acabamos de escuchar poemas de los primeros autores del Interiorismo. Todos ellos con consciencia de oficio y con un compromiso con el cultivo de las letras y el bello decir. Este es el grupo que he dado en llamar ‘bigbang interiorista’, el motor de la Poética Interior. Sin embargo, el movimiento causado por ese motor produjo sus efectos inmediatos en otros escritores del ámbito nacional y, después, del ámbito internacional.

 

Bajo mi punto de vista, los poetas dominicanos cuyas obras se asientan sobre los pilares del Interiorismo son los siguientes:

 

1. TULIO CORDERO. La experiencia humana, espiritual, contemplativa, se conjuga en toda la obra poética de Cordero, quien extrae la sustancia de las cosas pequeñas y nos hace pensar que hay un sentido profundo en ellas que debemos descubrir.

 

Búscame

Búscame Tú
como tus ojos de rocío.
Llámate Tú
con tu voz de paloma.
Sosténme Tú con tus manos de espigas.
Y ríeme
con tus dientes de lirio.
Mírame y cuídame Tú
que conoces ya todos los olvidos.
Búscame
Tú que sabes de memoria las puertas
(las has tocado todas)
Y ámame
con tu centro zaherido,
saltamontes de hiel,
de miel
y trigo.

2. ÁNGEL RIVERA JULIAO. La poesía de este poeta interiorista está llena de vibraciones que ponen de manifiesto, con creces, la capacidad e intuición de su persona. Construye su arte poética amparado en imágenes y símbolos de gran fuerza que, de seguro, nos van a producir el goce y la admiración que causa lo bello.

 

Raíz

¿Por qué huyes hacia lo oscuro
a construir distancias en la sombra?
¿Qué secreto amor te aleja de esta lumbre?
¿A quién le temes en estas lindes?
¿Por qué tu instinto de lombriz
si tu ámbito es el río
labrar tu laberinto de cuchillos
tu asedio de látigos sedientos?
¿Qué vientre te absorbe como cielo
y atrapa tu voz en el abismo?

Tu mensaje es recuerdo de semillas
artificio de dedos
entretejiendo la flor en el fondo
la búsqueda de tu propia simiente
el origen de tu árbol
los ojos de tu asombro.

 

3. CARMEN PÉREZ VALERIO. La gracia de la creación de Carmen reside en sublimar a la categoría de belleza todo lo que miran sus ojos y captan sus sentidos –los interiores sobre todo. Versos límpidos que anclan en lo profundo y nos dejan el agridulce sabor de sus vivencias interiores.

 

Rumor cotidiano (fragmento)

 

Tu presencia se multiplica en la tarde

en el hombre que duerme su dolor milenario

gusano que sueña con el ropaje del vuelo

Yo solo observo

el milagro al pie de la lluvia

ángeles jubilosos pariendo en la luz

ensayando su tacto en el pavimento

Me adentro al aposento de su olvido

masticando la huida

palpando el regreso

disonando el fuego de la imagen

De la tarde desquebrajada

asciende el soplo de las cosas

que reposan en su memoria

y hacen que me quede reflejada en tus ojos.

 

4. GÜIDO RIGGIO POU. La poesía de Pou pone de manifiesto a un aeda herido, sediento de trascendencia. Sus versos rastrean la certeza intangible de un mundo, que no sólo no fue, sino que existe aunque sea sólo reflejado en los espejos de las cosas.

 

Los espejos del tiempo

(framento)

 

Inmerso

en la soledad del espejo

escuchando

sus múltiples destellos

llorar en el cristal

su opaca muerte,

la brevedad,

el instante

de eso que llamamos vida

los que no vivimos

del otro lado del espejo.

 

5. ROBERTO JOSÉ ADAMES. La nada, la muerte y todas sus fuerzas misteriosas abruman la conciencia del poeta. Algo grande le dicen esas fuerzas, algo grande nos dice en sus versos.

 

Poema V

Una ventana me cabalga en el ojo
Y se bebe la nada.
Muertes se desparraman
En carbones de espacio
-Lo circular corrompe-
Llueven miedos
Y no tengo a dónde huir
Solo una ventana…
Una ventana
O más bien el olvido.

 

6. JAIME TATEM BRACHE. Su creación lleva, fundamentalmente, el sello de lo telúrico y lo metafísico. Poesía con fuerza, hondura y al mismo tiempo sincera, sin pose.

 

Tríptico de la lluvia



(I)

Ese sonido

-silencio de la eternidad-,

es el sonido de la lluvia cayendo sobre el mundo.

la lluvia confundida con la lluvia.

La lluvia caminando sobre el zinc.

La lluvia tocando los árboles

como puertas verdes y amarillas.

La lluvia aturdida con los sueños.

La lluvia dando de beber a la tierra

y a las piedras

y al asfalto.

La lluvia paseando por los caminos de tu voz.

La lluvia preguntando por los que se han ido

y, sin embargo, permanecen.

La lluvia erizándote la piel…

 

7. ARGELIA AYBAR.  Nos introduce en su mundo, el de los ángeles, sin sacarnos de nuestro universo particular humano y cotidiano.

 

Anúnciame el alba


Todo dolor fluye en tu agua.

Tu alma líquida me mira sin pudor desde el fondo oscuro

de tu pozo.

De tu terca vigilia,

de tu clara batalla con la sombra,

de mi luz herida,

sólo queda el recuerdo.

Aquí estoy,

en espera de la señal de tu definitiva disolución

en la nada.

Yo aguardo por un tránsito.

Anúnciame el alba

que mis llagas solicitan como alivio.

 

8. HENRY SANTOS LORA. Su lírica es de la más fresca creación interiorista. Su poesía apunta a la metafísica. Hay en su obra “Memoria de la tarde” armonía conceptual y belleza poética.

 

Incógnita

 

El ojo del tiempo vigila mis pasos,

Sombras absolutas me cubren mortalmente.

Preguntas selladas en cofres arrojados al océano

Se pierden en la nada.

Entonces,

Pregunto al silencio:

¿quién soy yo?

Habitáculo oscuro donde mi voz se apaga.

 

9. FAUSTO LEONARDO HENRIQUEZ. “n su lírica expresa la búsqueda de la armonía interior para canalizar el sentido de lo eterno. Su poesía desarrolla una empatía cósmica con vocación mística.”

 

Ínsula Presentida

 

59

Por mi humanidad sube un dolor
Que estremece mi casa.
Me retuerzo como el mar, como serpiente.
Oh dolor, ¿cuándo anclaste en este puerto
Y te quedaste ahogando mañanas?
Se agotaron las lágrimas,
No amanecen los hospitales.
Desciendo al útero donde el barro
Fue vida. Mujer infinita, en la humedad
Intemporal de la matriz
Engendraste el sacramento, el llanto
De la carne que tiembla,
Dile a mis pies que regresen
Al agua transparente, a la antigüedad
Esencial de la luz.

 

Al terminar este periplo sobre los interioristas dominicanos más sobresalientes, realizado a vuelo de pájaro, debo decir con verdad no he abarcado a la pléyade de poetas alineados con nuestra corriente literaria. Los que cito aquí, unos más y otros menos, ya tienen una trayectoria, un camino hecho en el ámbito de las letras dominicanas. Las nuevas generaciones interioristas harán lo suyo, sin duda, pero lo que interesa ahora hacernos una idea de lo fecunda que ha sido en el país la estética interiorista en las dos últimas décadas.

 El Movimiento Interiorista lleva 21 años robando el fuego a los dioses, creando nueva música con la lira de Orfeo. Cuánto ha costado llegar hasta aquí, hasta este mirador. Y es que, como dice el poeta Franklin Mieses Burgos:

 

«Nada vale en la tierra

si no ha sido amasado con nuestra propia sangre;

nada es útil al hombre,

si no sale de él por la piedad y el llanto». (Demonio de ceniza).

 

Muchas gracias.

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