24 mayo 2022

Tuitpoemas 2022









En el cordel de la terraza

cuelgan unas camisas, el encapotado

del cielo y el rastro de la lluvia de anoche;

cuelga la brisa que te busca impaciente,

y el olor café preparado por Ashley.

Empieza el día con la desnudez

del agua. Reviso los mensajes

mientras bebo café, cielo, luz.

II 

El 16 de mayo fue el eclipse de Cintia,

ayer la tormenta y su locura,

hoy, el brillo lírico de tus ojos sonrientes.

Nada puedo decir cuando te detienes

ante mí con el mar vibrante en tus manos.

Los flamboyanes se encienden para ti,

oh dicha celeste como un bosque de sangre.

 III

La vida, al menos hasta hoy, me ha resultado

una partitura de dificultad alta.

Leer sus notas e interpretarlas en cuerda, 

viento o teclado (prefiero cuerda)

es una ardua tarea de senderismo

donde todo es posible: el esguince, la sed, 

la escalada, la caída, el éxtasis,

la cima.

 IV

La ciudad resplandece. En ella la felicidad

centrifuga el pasado y el futuro es nuevo, novísimo

como un dispositivo que se enciende

por primera vez, y brilla, y seduce y encanta.

Todo será como lo tienes previsto:

el abrazo de los contrarios,

y el nacimiento de la flor del cactus.

 V

Había en sus ojos una extraña

noche enflaquecida. Su rostro,

erosionado por la intemperie, conservaba

aún vestigios de humanidad, un rescoldo

casi apagado de vida. Un dolor metafísico

penetró en mí como un rayo, análogo a la lesión de Usain Bolt 

en su última carrera en 17/08/2017.

 VI

Un manto de niebla se desliza

como un velo de novia. Hormigas

con alas anuncian tu llegada, Samanta.

Es intensa la quietud atmosférica,

limpio el verde lavado de la fronda.

Y me digo: lo que contemplo

debe ser un vestigio del Edén,

soliloquio de ángeles, síntesis

del cielotierra.

 VII

Bajé del coche y zambullí mis zapatos

en un charco de agua con incauta inocencia.

En las plantas de los pies se me humedeció la infancia,

el pensamiento, el medio día.

El humor amargo, a causa de un accidente

de retroceso, se diluyó con la llovizna

que me seducía con loca lujuria.

Un bocado

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